En esta primera clase del nuevo año, una suave pero persisitente lluvia nos obligó a refugiarnos al consultorio del Maestro.
Miguel contó que su padre estaba enfermo y pidió que oremos por su salud. Todos recitamos un mantra por su pronta recuperación y al terminar el Maestro dijo:

-En Brasil, Colombia, Venezuela y Australia se produjeron graves inundaciones -dijo el Maestro. -El mundo está cambiando y hay que estar atentos y preparados para los cambios que vendrán.

-Yo siempre les digo que hay que practicar todos los días, pero ¿cuánto tiempo hay que practicar? En principio, conviene practicar más de media hora, porque durante la primera media hora el cuerpo y la mente se van «aclimatando» a la práctica, que recién a partir de la media hora empieza a ser provechosa. Esto vale tanto si hacemos meditación como si hacemos taichi chuan.

-Una vez un alumno me dijo que había probado hacer tan lien de una técnica, repitiéndola mil veces. Me dijo que esa técnica la había hecho antes otras veces, pero nunca había llegado a las mil repeticiones y que esa vez había sentido todo de manera diferente. Es cierto; esto ocurre. Porque al pasar cierto límite el cuerpo empieza a cansarse y la técnica sale de manera relajada y la mente también está más relajada y concentrada. Entonces, se va descubriendo una nueva dimensión de eso que se está haciendo, se empieza a sentir el placer de la práctica.

-Muchas veces pasa que cuando el practicante empieza a profundizar en su práctica, cuando su compromiso aumenta, empiezan a surgir dificultades en su vida. Por ejemplo, un muchacho que llevaba una vida común y sin sobresaltos, un día decide asumir el compromiso del trabajo voluntario. Empieza a dedicar parte de su tiempo libre y su energía a ayudar a los más necesitados y, al poco tiempo de haber iniciado esta nueva etapa, surgen en su vida problemas familiares o laborales. Este muchacho puede llegar a la conclusión de que eligió un rumbo equivocado, porque desde que lo inició su situación no deja de empeorar.

-¿Qué es lo que pasa aquí? Cada vez que uno profundiza en su práctica van a surgir dificultades que son como pruebas que uno deberá enfrentar para seguir adelante. Son los demonios internos que entran en acción cada vez que uno trata de mejorar y de alcanzar un nivel superior. Los demonios internos son envidiosos y siempre tiran para abajo tratando de mantenernos en los niveles más inferiores.

-Maestro ¿cómo se hace ante la envidia de los demás? – preguntó un alumno.

-¿La envidia está en los demás o dentro de uno? La envidia está dentro de uno y la fuerza para sobreponerse a ella también.

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Resumen de las palabras del Maestro Chao Piao Sheng durante la clase del 8 de enero de 2011