-Todos los ejercicios que hacemos al comienzo de la clase están basados en las técnicas de taichi chuan –dijo el Maestro-. Hoy los hicimos con más potencia de manera que ustedes experimenten esa sensación explosiva. A los más nuevos les sugiero que se ubiquen detrás mío para que puedan seguir mis movimientos. Es importante hacer los ejercicios de manera correcta y completa para obtener de ellos el máximo beneficio.

-A algunos les cuesta hacer bien los movimientos y eso es porque no hay buena conexión entre mente y cuerpo. Algunos alumnos más antiguos me cuentan con satisfacción que las tareas que antes les demandaban cinco horas, ahora pueden hacerlas correctamente en la mitad de tiempo. Eso es posible porque aprendieron a unir mente y cuerpo, tienen más concentración y comprensión de la realidad que los rodea. Esto es resultado de la buena práctica, no de la buena suerte.

-Cuando uno es joven hay poco tiempo para aprender y practicar ciertas cosas en profundidad, pero igualmente hay que aprovechar el tiempo de la juventud y practicar lo más posible. Cuando llega la edad del retiro uno tiene más tiempo disponible y puede dedicarse con más intensidad a esa práctica iniciada durante la juventud. En cambio, si uno en su juventud malgasta el tiempo, no practica y cultiva el sedentarismo, cuando sea viejo y quiera empezar a practicar desde cero, le va a resultar imposible. Hay que empezar desde que uno es joven, aunque no disponga de mucho tiempo libre para practicar. La construcción de un buen futuro comienza hoy, ahora mismo. Nuestra práctica nos permite desarrollar la paciencia y la concentración, que nos permitirá afrontar mejor cualquier tarea. Sin paciencia y concentración, todo cuesta más. No se desanimen si la primera semana sienten las piernas cansadas. Si siguen practicando, a la segunda semana ya no sentirán ese cansancio. A la tercera semana ya estarán más fuertes.

-Les voy a contar algo que pasó con un alumno que estaba atravesando un mal momento; estaba sin trabajo y eso le provocaba un gran desánimo. Me consultó y yo le dije que no piense en sus problemas y se concentre en caminar el círculo de pakua chang, mucho tiempo, cuatro horas por día. El alumno me miró y me dijo: “Pero Maestro, yo tengo un montón de problemas, estoy sin trabajo ¿y usted me dice que haga la caminata de pakua?”. Yo le dije que estaba respondiendo a su pedido de consejos, y que podía aceptar mi consejo o rechazarlo. También le dije que el primer día de caminata iba a costarle, pero que si persistía, al tercer día ya estaría más habituado a la caminata de cuatro horas y que, al cabo de dos semanas, su destino habría de cambiar. A las dos semanas el alumno me llamó para contarme que había conseguido trabajo. ¿Por qué se produjo este cambio en la vida de mi alumno? Porque su mente estaba demasiado complicada y, al concentrarse en la caminata de pakua chang, pudo relajarla y disipar la depresión. A veces, cuando la mente está sufriendo, la única manera de aliviarla es hacer sufrir al cuerpo. Recuerden este principio.

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Resumen de las palabras del Maestro Chao Piao Sheng durante la clase del 4 de febrero de 2017. Se prohíbe la reproducción total o parcial de este texto sin previa autorización del autor.