–Cuando hacemos los ejercicios debemos prestar atención a los detalles pequeños–dijo el Maestro–. Ocurre lo mismo con los pacientes que vienen a mi consultorio. Yo les enseño ejercicios para que hagan en sus casas, y si prestaron atención y los hicieron correctamente, el efecto es muy bueno. Si los ejercicios se hacen descuidadamente, surgen molestias, pero si se hacen bien, la sensación es de naturalidad, el movimiento se siente cómodo. Pasa lo mismo con nuestros ejercicios, los que hacemos al inicio de cada clase: son movimientos naturales, cómodos para el cuerpo. Por ejemplo, hay que saber pasar el peso del cuerpo de un lado al otro.

Muchas veces la gente se queja de que no tiene lugar para practicar. ¿Recuerdan que en la cuarentena les dije que con un metro cuadrado alcanzaba para hacer muchos ejercicios? En general, todas son excusas que se inventan para no practicar. Por eso hay que tener voluntad, paciencia y concentración para hacer nuestra práctica. Tenemos un solo cuerpo, ¿por qué no lo cuidamos? Hay que cuidarlo, y para eso tenemos que hacer bien los ejercicios, con concentración. Además, al hacerlo aprovecharemos también mucho mejor el tiempo, y nos sentiremos felices, tendremos más fe en nosotros mismos.

Escuchemos el testimonio de una alumna que viene a clases particulares.

–Cada vez que voy al consultorio a practicar, el Maestro me dice que tengo que prestar atención a los detalles –dijo esa alumna–. A veces noto que algo falta en los movimientos que hago, pero sin llegar a darme cuenta exactamente de qué es lo que falta. El Maestro siempre me dice que debo insistir, y al encontrar el detalle que me faltaba, la sensación es muy buena, la práctica mejora mucho.

Cuando estuve de vacaciones me dolía mucho la zona lumbar, no podía siquiera darme vuelta en la cama. Por la mañana, me levantaba y practicaba taichi chuan, sin sentir ningún dolor. Pero luego sentía mucho dolor al doblarme o al sentarme. La otra semana, el dolor volvió a aparecer. Practiqué chi kong y el dolor desapareció.

–Esto no es por tener suerte o por casualidad –dijo el Maestro–. Es por practicar correctamente, por considerar los detalles pequeños, que son muy importantes. Si no se presta atención a los detalles pequeños y se practica de cualquier manera, es posible que uno se lastime.

Si se practica con disciplina, paciencia y concentración, todo lo demás sale solo.

Darío se lastimó hace poco, y tardó un mes en recuperarse. Yo en el año 2018 fui a Alemania y tuve una caída, al volver a Taiwán tenía que usar dos bastones en la casa de mi padre para poder moverme. Sin embargo, me curé rápidamente. ¿Por qué? Por la práctica. Al entender los detalles pequeños, sabía cómo reaccionar en cada caso. También me ha pasado que al tratar a ciertos pacientes, estos hicieron movimientos bruscos durante el tratamiento y sin querer me lastimaron. ¿Quién me curó? Yo mismo. Al practicar con seriedad se entiende la estructura del cuerpo. Por eso siempre les digo que la práctica es tan importante.

Por lo tanto, hay que practicar en serio y no perder el tiempo. Nuestro tiempo es limitado: cada vez que cumplimos años, contamos con un año menos. Hay que ver los dos lados en todo. Por eso, en la vida debemos estimularnos a nosotros mismos, para poder mejorar.

Para los que no la conocen, les presento a mi hija menor, Patricia, que vive en Alemania.

Hoy vamos a practicar tui shou. Vamos a ver cómo se utilizan las técnicas.

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Resumen de la charla del Maestro Chao Piao Sheng del 24 de septiembre de 2022. Prohibida su reproducción sin autorización del autor.
Desgrabación: Andrés Coratella.