-Antes que nada,- dijo el Maestro –el próximo sábado, por única vez, vamos a adelantar una hora la clase de taichi chuan, así todos pueden ver el partido de Argentina contra Alemania. O sea que el sábado 3 de julio la clase va a empezar a las 9:30 hs.

-¿Cómo hay que recitar el mantra, Maestro? – preguntó Ricardo.

-Bien lento, -dijo el Maestro -sosteniendo el sonido de cada palabra mientras el aire va saliendo. Volvemos a inspirar y continuamos con la siguiente palabra. No hay que abrir demasiado la boca; el objetivo es que el sonido no salga de la boca, sino del abdomen, sintiendo la vibración que provoca en todo el cuerpo.

-¿Cómo se hace por ejemplo de noche para recitar el mantra sin molestar a los que están durmiendo? – preguntó Sara.

– Se puede recitar mentalmente, sin emitir sonidos. Lo importante es hacerlo con concentración. Si uno va por un sitio que le despierta miedo o ansiedad, puede recitar el mantra así, para adentro. Recitar el mantra focaliza la mente, la aquieta y eso nos permite pensar con más claridad y actuar adecuadamente. El mantra levanta nuestra energía y nos conecta con la energía positiva del Universo. Crea a nuestro alrededor un campo de energía que, como un escudo, impide que entre la energía negativa. Claro que esto funciona cuando se practica el mantra varias veces al día, todos los días.

-Por eso es tan importante estar atentos a aquello que ocupa nuestra mente, porque si en la mente tenemos pensamientos negativos, vamos a atraer hacia nosotros la energía negativa.

-Eso es lo que tiene la mala energía; siempre está al acecho, buscando un costado vulnerable para entrar. La energía positiva, por el contrario, no busca entrar. Tomemos el ejemplo de la enfermedad. Si las defensas del organismo están bajas, la energía negativa va a entrar sola, en forma de enfermedad. Combatirla nos va a exigir un esfuerzo especial a nivel del cuerpo y de la mente.

-El otro día estuvimos haciendo trabajo voluntario en el geriátrico de Rawson. Allí había un señor que no podía mover una pierna y que casi no podía hablar; apenas le salía un hilo de voz. Primero le hice masajes en la pierna y luego le indiqué que hiciera fuerza contra la resistencia que yo oponía con mi mano. Le dije que inspirara profundo y que largara el aire al momento de empujar con la pierna. Al cabo de 5 minutos de ejercicio, la movilidad de su pierna había mejorado notablemente. Después empezamos a ejercitar la voz. Le indiqué que inspirara y que al largar el aire dijera «a». Así hicimos varias veces con todas las vocales. Después de 5 minutos de ejercicio su voz tenía mucha más fuerza.

-Esto es un ejemplo del enorme poder del ejercicio físico acompañado por la concentración. Por eso en setiembre voy a iniciar un curso de tres meses para aprender a meditar. La meditación es la herramienta que usamos para fortalecer la concentración, limpiar la mente y a su vez, cambiar la mente para mejorar nuestra vida en todos sus aspectos.

-¿Cuándo va a ser el curso, Maestro ? – preguntó Ariel.

-Empieza el jueves 2 de setiembre. Va a ser todos los jueves de 20 a 21:30 hs. durante tres meses. Los que quieran participar me llaman al 4784 7233.

-Qué bueno, Maestro. Estaba esperando un curso así, porque a mí me resulta difícil hacer meditación estando sola – dijo Romina.

-Cuando se practica en grupo, la energía es diferente- dijo el Maestro. -Se crea como un campo magnético que potencia la capacidad individual de cada uno de los integrantes. A veces uno dice «hoy me siento sin fuerzas para ir a la clase; mejor me quedo en casa». Si uno logra superar ese pensamiento y va a la clase, descubre que ese desgano inicial desaparece y que su energía se incrementa con la energía del grupo. Por eso es tan importante combinar la practica individual de todos los días con las clases grupales.
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Resumen de las palabras del Maestro Chao Piao Sheng durante la clase del 26 de junio de 2010