Sobre el respeto y la etiqueta

Se acerca el fin del año y es buen momento para reflexionar y preguntarnos si hubo crecimiento tanto en nuestra práctica como en nuestra vida personal.

Si practicamos con buena concentración, podemos llegar a comprender la esencia del taichi chuan y así, aplicar lo aprendido en todos los ámbitos de la vida.

A veces, los alumnos me cuentan cómo usan técnicas del taichi en su trabajo cotidiano, logrando hacer las cosas de manera más efectiva y sin cansarse.

Lo que al principio, al empezar la práctica, les parecía increíble, hoy les parece natural. Y esto sucede porque la práctica fortalece el instinto, la fuerza interna que uno tiene desde el momento del nacimiento, pero que no sabe que la tiene.

En cambio, si uno siente que no avanza en su práctica o le cuesta entender bien, tiene que hacer ajustes en su actitud de aprendizaje.

Primero, hay que cultivar el respeto hacia uno mismo.

Por ejemplo, utilizar bien el tiempo y aprovecharlo al máximo, aplicando la mayor concentración durante la práctica.

Segundo, hay que respetar a los demás. Ser un poco más humildes y achicar la soberbia. También hay que ser más prudentes. Como en el taichi chuan, en la vida tenemos que movernos poniendo atención en cada movimiento y dando pasos seguros, con prudencia.

Todos los meses voy de visita a un hogar de niños de Pilar. Los chicos de ese hogar están sin padres y cuando vamos siempre les hablo sobre lo importante que es tener un plan en la vida.

Al principio, parecía que a ellos todo les daba igual. Parecía que nada les importaba. Esto se reflejaba en la expresión de su cara y también en la actitud corporal. Durante nuestras visitas, algunos dejaban la cabeza apoyada contra la mesa como si estuvieran durmiendo. Pero con el paso del tiempo y a medida que íbamos hablando sobre la necesidad de pensar en su futuro y en lo que iban a hacer en la vida, su actitud fue cambiando. Y empezaron a demostrar más respeto hacia ellos mismos y hacia los demás.

Antes de hablar del respeto, primero hay que hablar de la etiqueta.

La etiqueta tiene que ver con la cortesía, con la forma de saludar, con la forma de pararse ante el otro cuando estamos conversando, con el tono de voz que usamos. La etiqueta nos indica la manera de comportarnos frente a los demás.

En Taiwán aprendemos la etiqueta en la familia y en la escuela. Lo primero que aprendemos es a respetar el orden de las generaciones. Los más jóvenes muestran respeto hacia los mayores.

Por la manera en que llamamos al otro, se puede saber el tipo de relación que tenemos. Por ejemplo, para los orientales, al hermano no se lo llama por el nombre.

Si se trata de un hermano mayor, lo llamamos “gran hermano”. Si son varios, se los llama según el orden de nacimiento: “primer hermano”, “segundo hermano”, etc.

Si un hermano es menor, ahí sí se lo puede llamar por el nombre.

Todo el mundo tiene deberes y responsabilidades. Tanto el Estado como las personas. Si cada uno cumpliera con sus deberes, no habría tantos problemas.

Si se presenta un problema, se le avisa a papá o a mamá. Si ellos no están, se le avisa al hermano mayor. Cada uno, en su lugar, tiene una responsabilidad.

El hermano mayor toma el lugar del padre si éste no está.

Para ilustrar esto les voy a contar una experiencia personal.

Cuando llegué a la Argentina en 1985 entendía muy poco castellano, pero tuve la suerte de conocer a Carlos Gavirati y su esposa, que siempre me ayudaron con buena voluntad a resolver diferentes problemas en aquellos difíciles comienzos. Quiero aprovechar esta oportunidad para decirles “Gracias” por su valiosa ayuda.

Carlos es odontólogo y tiene 15 años más que yo, y al principio, cuando nos encontrábamos yo le decía “Hola, dentista”. El se reía mucho al escuchar esto y me pedía que le diga «Carlos». Pero a mí me costaba mucho llamarlo por su nombre. Por respeto al orden de las generaciones, para mí lo adecuado era llamarlo «tío». Recién después de dos años pude llamarlo por su nombre.

………………………..

¿Y cómo es la etiqueta dentro de la escuela? En la escuela, está el maestro y los discípulos. No son amigos ni están en un mismo nivel. La escuela es como una familia y el vínculo entre maestro y discípulos es parecido al que hay entre el padre y los hijos.

Por otro lado, los alumnos más nuevos deben mostrar respeto hacia los más antiguos.

El maestro define quién de sus discípulos es el mayor, que no necesariamente es el alumno más antiguo.

Respetar el orden de las generaciones es muy importante. La gente no presta mucha atención a esto, ni al respeto a los mayores.

Parecen detalles pequeños y sin importancia, pero lo más importante está en los pequeños detalles.

Si se prestara atención a los pequeños detalles habría menos peleas, menos accidentes y menos stress.

La manera de comportarse que indica la etiqueta podemos usarla en todos los asuntos de la vida.

El respeto hacia uno mismo es la base, es el fundamento sobre el que se construye el respeto hacia los seres que nos rodean, nuestra familia, la comunidad y de ahí, hacia toda la humanidad y también hacia todos los seres de este mundo.

La primera parte de la forma de taichi es igual. Es la base, que debe ser sólida porque sobre ella se construye todo el resto de la forma.

¿Y por qué es importante la etiqueta y el respeto? Porque estamos en un mundo con demasiada violencia e intolerancia y la convivencia entre los seres humanos es cada vez más difícil. La etiqueta y el respeto pueden ayudar a que la gente tenga un mejor trato y viva mejor entre sí, con más armonía y mejor calidad de vida.

Admiramos a los sabios porque sabemos que ellos tienen enormes conocimientos y grandes virtudes. Los sabios además se comportan con humildad y demuestran respeto hacia los demás.

Si queremos llegar a tener la inteligencia y la virtud de los sabios, tenemos que empezar a cultivar la etiqueta y el respeto.

Propongo que empecemos este nuevo año poniendo especial atención en el respeto y la etiqueta. Al hacerlo, nos beneficiaremos en lo personal, mejorará la convivencia dentro de la familia, del trabajo y en todos nuestros vínculos sociales. Pero además, vamos a ejercer una buena influencia sobre aquellos que nos rodean. Esto nos hará sentir mejor y elevará nuestro espíritu.

Chao Piao Sheng