Dulce y amargo

May 14th, 2011 | By | Category: Charlas con el Maestro

-¿Alguno de ustedes alguna vez sintió el placer de la práctica? -preguntó el Maestro.

Varios de nosotros levantamos la mano.

-¿Descubrieron una sensación de bienestar y alegría provocada por la práctica del taichi chuan? Eso es muy bueno. Hay que practicar con disciplina, paciencia y concentración todos los días hasta poder encontrar ese sabor oculto que tiene adentro el taichi chuan.

-¿Alguno de ustedes probó la caña de azucar?  -preguntó el Maestro.

-Yo me crié en Tucumán y allí comí mucha caña de azucar -dijo Angélica.

-¿Por dónde empezaba a comer la caña?¿Por la parte de arriba o por la de abajo?

-Por la de abajo, que es la más dulce.

-Mal hecho -dijo con énfasis el Maestro. -La parte de abajo es la más dulce y la parte de arriba es más salada. Si uno empieza a comer por la más dulce, al llegar a la parte salada, resulta desagradable y la caña es descartada y se desperdicia buena parte del alimento. Hay que empezar por la parte salada e ir comiendo hacia abajo. Lentamente va a ir apareciendo el sabor más dulce.

-En la vida es igual. Hay que saber comer primero lo amargo para luego poder disfrutar de lo dulce. Si uno desde el comienzo sólo se acostumbra a lo dulce, después cualquier cosa que no sea dulce le va a parecer horrible. Ese es el problema de mucha gente joven, que cree que se llega al mundo únicamente para disfrutar. Esa actitud mental no les permite hacerse fuertes mental y espiritualmente para enfrentar los desafíos de la vida y todo les resulta doloroso.

-Tuve una vez una paciente que estaba muy deprimida y se quejaba de haber sufrido mucho en la vida. Yo le pregunté qué le había pasado de malo en la vida y me contó. No era tan terrible, pero si uno tiene la creencia de que la vida es sólo para disfrutar, ante la primera situación adversa va a sentirse terriblemente desdichado y se va a desmoralizar.

-Imaginen a alguien que desde hace años todos los días levanta cargas muy pesadas, por ejemplo de 30 o 40 kilos. Si un día alguien le pidiera llevar una bolsa de 10 kilos lo harìa sin ningún esfuerzo. En cambio, si esa bolsa tuviera que llevarla una persona que no está acostumbrada a cargar peso, seguramente diría «qué sufrimiento…cargar esta bolsa es casi imposible».
En general, quien se queja de sufrir mucho es aquel que no ha sufrido mucho. El que está acostumbrado al sufrimiento no se queja.

-Lo más irónico es que aquel que huye del sufrimiento nunca llega a sentir la plenitud del placer. Volviendo a la metáfora de la caña de azucar, si se está acostumbrado a comer sólo la parte dulce, al poco tiempo el paladar se volverá insensible y sólo se sentirá placer al aumentar la dosis de azúcar. Y así siempre será necesario aumentar la dosis para poder sentir algo.

-¿Por qué lo primero que hacemos los humanos al nacer es llorar? Porque en ese instante nos damos cuenta de que nos espera una vida llena de sufrimiento. Después de haber estado tanto tiempo en el vientre materno, con una temperatura agradable, con alimento gratis y sin pasar ninguna necesidad, salimos a un mundo donde tenemos que valernos por nosotros mismos.

-Si el bebé no llora al nacer es probable que muera al poco tiempo. Muchos recién nacidos mueren sin ningún motivo aparente. Los médicos se muestran desorientados ante casos así. Eso tiene que ver con el karma de cada uno. Una vez, ante un caso similar, escuché a una persona decir: «Dios lo quiso así». Eso no tiene sentido. No hay nadie afuera decidiendo nuestro destino. Cada uno de nosotros es responsable de su propio destino. Lo que nos pasa hoy tiene su causa en nuestros pensamientos, palabras y acciones del pasado. Lo que pensamos, decimos y hacemos hoy será la causa de lo que viviremos en el futuro.

-Siempre les digo que debemos practicar el taichi chuan no solo como un arte marcial, sino también como una herramienta para cuidar y fortalecer la salud y como un camino de crecimiento espiritual. No buscamos la pelea. Tratamos de generar un buen vínculo con todo el mundo, incluso con aquellas personas con las que no tenemos afinidad. Tratamos de actuar con amor y compasión.

-Les quiero contar una historia. Había dos hombres que se odiaban mucho, a tal punto que uno asesina al otro. En la siguiente vida, el asesino cambió su conducta, estudió medicina y se transformó en un hombre sabio que trataba de hacer bien. Vivía en un pequeño pueblo y ayudaba a todos. Un día llegó al pueblo un hombre muy agresivo que lo desafió a duelo. El sabio comprendió que ese hombre era aquel que había matado en su vida anterior y le dijo «ahora tengo mucho trabajo que hacer en este pueblo; muchos pacientes que atender. Tal vez tu puedas ayudarme a terminar más rápido mi tarea. Cuando termine, si quieres, podrás matarme; no me resistiré». El recién llegado aceptó la propuesta y ayudó al médico en su tarea humanitaria, que llevó varias semanas. Al terminar, el sabio le dijo que ya podía matarlo. Pero el hombre no quiso hacerlo.

-No es bueno ir al choque frontal, pues los dos que chocan salen lastimados. Es mejor abrir el corazón y tratar de generar un buen vínculo con todo el mundo, porque esa actitud positiva provoca una transformación positiva tanto en uno mismo como en el otro.
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Resumen de las palabras del Maestro Chao Piao Sheng durante la clase del 14 de mayo de 2011

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