Entre todos los alumnos estuvimos juntando dinero para hacerle un regalo de cumpleaños al Maestro. Conseguimos dos bonsai muy lindos -un olmo y un espino- y el dinero que sobró se lo entregamos dentro de un sobre rojo. También le regalamos unas tarjetas artesanales hechas por Sara y firmadas por todos.

-Quiero agradecerles a todos los regalos que me hicieron-dijo el Maestro. -En el día del cumpleaños los budistas pensamos en nuestra madre, que fue la que nos tuvo en su vientre y nos dio a luz con sufrimiento. Pensamos en ella y le agradecemos.

-Cuando mi mamá falleció viajé a Taiwan para el momento de la cremación. En ese momento recé para ayudar a que ella encuentre su camino hacia la luz. En los días siguientes, en la casa de mi papá, le rendí homenaje frente a su foto y le pregunté si estaba bien y si había llegado a su destino. Durante la meditación mi madre me respondió que sí, que estaba muy bien.

-Allá es habitual la cremación -preguntó Sara.

-Depende de cada persona. Mi mamá había expresado su deseo de ser cremada. Otras personas prefieren ser enterradas. Si la persona fallecida tuvo una fuerte práctica espiritual, después de ser cremada quedan unas piedras que son como perlas, que son una expresión de su esencia.  Se dice que después de quemar el cuerpo del Buda se recogieron como ocho vasijas de piedras preciosas.

-Los regalos que ustedes me hicieron me gustan, pero no es lo que más me interesa. Para mí el regalo más importante es el amor de ustedes y que todos se muestren unidos como grupo y que practiquen con disciplina, paciencia y concentración. Este es un lugar para escuchar al maestro, pero como muchas veces les dije, con escuchar buenas palabras no alcanza, hay que llevarlas a la práctica.

-Me gustaría que ahora saquemos fotos de todos nosotros con los regalos y también una foto del momento en que me entregan el sobre rojo. El sobre rojo es una antigua tradición china. Antes, en las escuelas de artes marciales, el alumno no pagaba una cuota mensual. Le entregaba a su maestro un sobre rojo con dinero en el momento de la ceremonia de discipulado. Después, hacía lo mismo en dos o tres ocasiones por año; por ejemplo, para la fiesta de la luna de agosto y para el año nuevo.

Durante la práctica de la forma de taichi chuan, el Maestro siguió enseñando «dar un paso y cepillar la rodilla».

-¿Estuvieron practicando los ejercicios para fortalecer las piernas? -preguntó el Maestro. -Este ejercicio no lo van a poder hacer bien si no tienen piernas fuertes y estables – y volvió a mostrar el ejercicio que nos hizo practicar la semana pasada, que consiste en bajar sobre una sola pierna y luego dar un salto hacia adelante.

-Si de entrada no les sale este ejercicio saltando, pueden hacerlo sin salto -dijo el Maestro y empezó a subir y bajar sobre una sola pierna, manteniendo la otra extendida hacia adelante. -Si este no les sale pueden hacer este otro -dijo el Maestro mostrando la sentadilla tradicional.

-Un taichi chuan sin piernas fuertes es un taichi chuan vacío. Nosotros somos como árboles y las piernas son nuestras raíces. Si las piernas son débiles seremos árboles frágiles que caerán cuando sople un poco de viento.

…………………………………………………………………….

Resumen de las palabras del Maestro Chao Piao Sheng durante la clase del 20 de agosto de 2011