Entre nosotros, ustedes y yo, hay una afinidad. Por eso, en lugar de ir a otra escuela o quedarse en su casa, siguen viniendo acá a la plaza. ¿De dónde viene esa afinidad entre nosotros? Seguramente, de alguna vida anterior.

Cuando se da una afinidad entre dos seres hay que aprovecharla y tratar de cultivarla, porque esa afinidad ayuda a que ambos crezcan a nivel físico, mental y espiritual.

Hace poco se acercó un muchacho pidiendo que le enseñe hsing-i chuan. Le dije que sí, pero que antes tenía que aprender taichi chuan. Entonces, él dijo que ya había estudiado otro estilo de taichi varios años en otra escuela y que ya sabía.

Le expliqué que no todos los estilos de taichi son iguales. El muchacho empezó a tomar clases particulares de taichi chuan y fue descubriendo por él mismo cuán diferente es nuestro estilo a lo que él conocía.

En nuestra escuela además, al aprender taichi chuan se aprenden las bases fundamentales de las otras dos artes marciales. Tanto pakua chang como hsing-i chuan son dos artes muy complejas que requieren un preparación física, mental y espiritual que se adquiere con el aprendizaje del taichi chuan.

Por otro lado, durante el aprendizaje del taichi el alumno va conociendo al maestro y el maestro va conociendo al alumno y ambos van descubriendo si existe esa afinidad de la que hablamos al principio.

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Resumen de las palabras del maestro Chao Piao Sheng durante la clase del sábado 21 de marzo de 2009