El bolso que cae
Oct 19th, 2009 | By Editor | Category: Charlas con el MaestroEn la plaza, junto al pino,  hay un monolito de piedra de unos 40 cm. de alto. Está un poco inclinado y sostenÃa una placa de bronce que alguien se llevó hace un tiempo. La clase habÃa empezado y una alumna que llegó tarde apoyó su bolso sobre el monolito y se incorporó rápidamente al grupo. Debido a la inclinación de la piedra, el bolso rodó hasta caer al piso.
Al terminar los 20 ejercicios y las series de tan lien el Maestro dijo:
– Lo que pasó con el bolso es interesante y puede ayudarnos a entender la importancia de la concentración en la vida cotidiana. Usted apoyó el bolso sobre la piedra y éste terminó en el piso – dijo dirigiéndose a su alumna. -¿Era eso lo que usted querÃa?.
– No, yo no querÃa que se caiga – respondió la alumna.
– ¿Por qué pasó eso?
– Porque llegué apurada, puse el bolso asà nomás, sin cerciorarme de que estuviera bien apoyado y me sumé a la clase – respondió la alumna.
– Ahà está. A veces, actuamos sin la suficiente concentración y las cosas salen de manera muy diferente a como uno querÃa que salgan. ¿Usted querÃa que su bolso se cayera?
– No.
-¿Ve? Por eso es importante actuar siempre con concentración. Esto no le pasa sólo a ella; le pasa a todo el mundo. No digo todo esto para hacerla sentir mal, sino para reflexionar a partir de este episodio sobre el papel de la concentración en los accidentes. Muchas veces cuando las cosas no salen como queremos, le echamos la culpa a la mala suerte, o al destino, sin darnos cuenta de nuestra responsabilidad y eso nos impide sacar provecho de la experiencia y aprender.
– Por eso es importante aplicar la concentración que entrenamos aquà en taichi chuan en todos los aspectos de la vida. Si actuamos con perfecta concentración podemos llegar a controlar el 80 % de nuestra vida.
– Una vez iba en colectivo y una chica se levantó del asiento rápidamente y se bajó sin darse cuenta que se le habÃa caÃdo el documento de identidad. Cuando me di cuenta, el colectivo ya habÃa arrancado y fue imposible avisarle. Por eso, cuando uno se va de un sitio, hay que echar una mirada atrás a ver si quedó algo en el lugar. Hacer eso no nos va a demorar mucho; lleva menos de un segundo y nos puede ahorrar muchos dolores de cabeza.
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– Cuando practicábamos la forma todos juntos habÃa alumnos que iban más rápido. ¿Por qué? ¿Acaso saben más que el maestro que terminan antes?
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– Respecto a la jornada del 8 de diciembre, cuando terminemos la práctica vamos a ir a cenar a un restaurante para despedir el año. Entonces serÃa mejor empezar un poco más tarde, asà no hay tiempo muerto entre la finalización de la práctica y el comienzo de la cena. ¿Qué les parece? EmpezarÃamos la jornada a las 10 de la mañana; de 13 a 14 podemor comer y luego seguimos practicando hasta las 19 hs. Ahà nos vamos como para llegar al restaurante a las 20 hs. ¿Están todos de acuerdo?
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– Maestro, cuando practicamos la forma en nuestra casa y nos equivocamos ¿qué hay que hacer? ¿detenerse para corregir o continuar? – preguntó un alumno.
– Lo más importante es practicar la forma bien despacio. Al hacerla lentamente se pone a prueba la concentración e inevitablemente aparecen las partes vulnerables de nuestra práctica. Si hacemos la forma rápido, las dificultades quedan enmascaradas y no las vemos.
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Resumen de las palabras del Maestro Chao Piao Sheng durante la clase del 17 de octubre de 2009
me anoto para ir el 8/12 desde las 10 am y a la cena.
no sé si ya publicaron las direcciones del restorán y del lugar de encuentro de las 10 AM.
Por favor, me podrian indicar donde es cada cosa?
Gracias!