La zona de la plaza donde practicamos está rodeada por bancos de piedra. Cada banco está formado por dos sólidos pilares sobre los que se apoya una placa de piedra. Varias veces tuvimos que volver a poner una de esas placas en su lugar y descubrimos lo pesadas que son. Hacen falta dos personas para levantar cada una.
Este sábado al llegar a la plaza vimos que uno de los bancos de piedra había sido destruído. La placa había desaparecido y uno de los pilares estaba roto.
Al terminar los ejercicios el Maestro dijo:

– Hace falta mucha fuerza para romper este banco. Qué pena utilizar tanta energía para hacer una cosa tan destructiva.
Todos nosotros pagamos impuestos para comprar estos bancos y para mantener en buen estado la plaza. El que rompió este banco de alguna manera se convirtió en enemigo de todos. Al hacer esto generó muy mal karma que tendrá que pagar en esta vida o en las próximas.

– Pero Maestro, muchas veces estos actos de vandalismo son cometidos por personas drogadas, o sin educación, que viven en condiciones miserables – dijo un alumno.

– Cierto, pero lo mismo, al romper el banco genera una deuda. Si lo hizo desde la ignorancia, la deuda es menor que la de aquel destruye sabiendo lo que está haciendo, pero en cualquier caso, genera un mal karma.

– ¿Y cómo puede uno ayudar a aliviar el karma de esa gente ? – preguntó una alumna.

– Uno no puede hacer nada por aliviar el karma del otro. Cada uno es responsable de sus propias deudas y debe afrontarlas solo. Lo que uno sí puede hacer es educar, ayudar a comprender este tipo de cosas, crear conciencia, por ejemplo, de que la propiedad pública no debe ser destruída.

– Una vez alguien le preguntó a un sacerdote «Si Dios creó todo ¿por qué hay tantas injusticias?» y el sacerdote le respondió «Porque Dios quiere que sea así».
Esta respuesta revela que el sacerdote no entiende el concepto de karma. Aquel que realiza malos actos o piensa mal genera un karma negativo que tarde o temprano deberá pagar. A veces no comprendemos por qué nos pasan ciertas cosas y la explicación tiene que ver con el karma. Muchas de las cosas que nos tocan vivir son consecuencia de algo que hicimos en el pasado; en esta o en otras vidas. Si no comprendemos esto vamos a creer que nos pasa lo que nos pasa porque tenemos mala suerte, o porque la sociedad está en contra nuestro, o porque Dios es sádico.

– ¿ La practica del taichi chuan puede ayudar en esto de limpiar el karma? – preguntó un alumno.

– Claro. Al practicar taichi chuan en profundidad se va abriendo el corazón y la conciencia; aflora la misericordia y se logra mayor comprensión. Podemos llegar a comprender por qué nos pasa lo que nos pasa. Y a partir de esa comprensión podemos empezar a actuar para cambiar, para reparar, para sanar y para hacer el bien.