– ¿Se puede meditar con los ojos abiertos? – preguntó una alumna.
– No con los ojos totalmente abiertos, pero sí un poco abiertos – respondió el Maestro.  – Por ejemplo, mirando la punta de la nariz. Eso ayuda a la concentración.

– ¿Por qué meditar sentados y no acostados? – preguntó un alumno.
– Es mejor meditar sentados porque podemos hacerlo durante mucho tiempo sin quedarnos dormidos. Si meditamos acostados es más fácil que nos quedemos dormidos.
Hoy meditamos una hora y eso está muy bien. Hay gente que medita 20 minutos y eso también está bien, pero en general 20 minutos es lo que lleva aquietar mente. Si nos detenemos ahí estaremos desaprovechando la parte más profunda de la meditación. Cuando se logra una mayor quietud en la mente, se establece una conexión con el Universo.
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– El diablo siempre está tratando de entrar dentro de uno. Aprovecha los momentos en que la energía está baja para entrar. Recitar el mantra ayuda a sostener la concentración  y a mantener lejos a los demonios.
Tuve un alumno que hacía 26 años que meditaba y que me consultó porque en los últimos tiempos, durante la meditación, sentía mucho frío y se le ponía la carne de gallina. Yo le expliqué eso ocurre porque hay exceso de energía yin. Que al sentir frío debe detener la meditación y ponerse a hacer ejercicio y respirar profundamente para levantar la energía yang.
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– Si uno piensa de manera negativa es más fácil contagiarse de la mala energía externa. Lo mismo sucede cuando uno está en contacto con gente negativa.

– Pero a veces es inevitable entrar en contacto con esa gente. ¿Cómo actuar en esas situaciones? – preguntó una alumna.

– Antes del contacto con gente negativa, conviene meditar. Si mañana tengo una cita con alguien de esas características, trato de meditar antes del encuentro. Si no hay tiempo, conviene realizar al menos 3 respiraciones profundas y guardar la energía en el tan tien.

Lo mismo cuando hay que enfrentar a una persona con la que tenemos algún conflicto. Primero recitar el mantra, luego hacer 3 respiraciones profundas y lentas. Después de hacer esto, hablar.
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– ¿Por qué alguna gente buena muere prematuramente? – preguntó alguien.

– A veces Buda se lleva a esa gente para que no sufra más en este mundo.
La mejor forma de morir es sin enfermedad. Por eso es importante ejercitar todos los días el cuerpo y la mente; para estar sanos hasta el último día.
Cuando uno dispone de poco tiempo para practicar es mejor hacer taichi chuan por la mañana. Por la noche, antes de dormir, hacer meditación. Es probable que durante el proceso nos quedemos dormidos. No hay problema.  Al levantarnos continuamos con la  meditación un rato más.

– Antes de la meditación uno puede rezar para pedir ayuda, luego agradecer, luego confesarse.
Cuando una persona alcanzó un nivel más alto de práctica ya no necesita rezar para pedir cosas, porque esa persona sabe que Dios no está fuera, en el cielo o en otra parte; sabe que Dios está dentro de uno. Esa persona ya no pide para sí mismo; pide para los demás.

– Si tratamos de desarrollar la misericordia y el amor hacia los otros ¿por qué practicamos la parte marcial del taichi chuan que es para pelear con el otro? – preguntó una alumna.
– Al practicar la parte marcial aprendemos a defendernos y fortalecemos el cuerpo y la mente. Eso nos da seguridad y confianza en nosotros mismos, lo que es muy importante, porque buena parte de las peleas y conflictos nacen de la sensación de inseguridad. Al sentirse indefensa la gente suele ponerse más agresiva.
Por otro lado,  al practicar la parte marcial aprendemos a lidiar con el conflicto. No buscamos el conflicto, pero cuando este aparece tratamos de abordarlo sin ir al choque frontal,  a dejar pasar, a no chocar de frente.
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– ¿Qué es preferible… recibir ayuda o recibir odio? – preguntó el Maestro. Muchos respondieron «ayuda».

– Recibir ayuda puede llegar a ser tan negativo como recibir odio.  Si uno está pasando muchas necesidades y recibe la ayuda necesaria para salir del pozo y ponerse de pie , está muy bien. La misericordia nos enseña a tender una mano al que está necesitado. Pero una vez que el necesitado ya está sobre sus pies, la ayuda puede ser perjudicial. Hay que estimular a que todos se auto-sostengan y que, a partir de ahí, también puedan ayudar a otros.  El que logró ponerse de pie gracias a la ayudar recibida, ahora también brinda ayuda. Se crea así una cadena de amor y misericordia.

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Segunda parte de las palabras del Maestro Chao Piao Sheng durante la jornada del 8 de diciembre de 2009