– Cuando hacemos tan lien hay que evitar el efecto «rebote» – dijo el Maestro. -Cuando golpeamos visualizamos el punto de contacto con el objetivo, pero el golpe no se detiene ahí; sigue un poco más por efecto de la inercia. El golpe llega hasta el punto de contacto y sigue un poco más. La idea es que la energía del golpe penetre; que no rebote al llegar al objetivo.

– La concentración tiene que acompañar este proceso. En cada movimiento del tan lien tenemos que estar con la mente despierta atentos a lo que estamos haciendo. Que nuestra mente y nuestra energía lleguen hasta la punta de los dedos en cada movimiento. Aprovechemos que es de mañana y tenemos más vitalidad. No puede ser que practiquemos como dormidos, con el cuerpo acá y la mente paseando por otra parte.

– Suele hablarse mucho sobre lo espiritual, pero ¿qué es realmente el cultivo espiritual? Es ante todo concentración. La concentración es la herramienta principal del cultivo espiritual. Utilizamos la concentración para mirar hacia adentro, vaciar la mente y conocernos a nosotros mismos.

– En el mundo que nos rodea hay cosas buenas y cosas malas. Las cosas buenas son las cosas de la Naturaleza; las cosas malas en general son cosas generadas por los humanos. En la vida cotidiana nuestra mente se llena ruido, de información innecesaria, de ideas que nos envenenan. Así como nos bañamos todos los días, también es importante
limpiar la mente todos los días. ¿Qué pasaría si no nos bañamos por tres o cuatro días? Con la mente pasa lo mismo si no la limpiamos periódicamente: se pudre.

– La gente le presta demasiado atención a lo que pasa afuera. Hay que mirar más hacia adentro de uno mismo.
No hay que ignorar el afuera, pero tampoco hay dejar entrar absolutamente todo lo que viene de afuera. Si se fijan, la mayor parte de lo que dice la televisión, la radio y los diarios no hace más que intoxicarnos. Si usamos la concentración para mirar hacia adentro podremos conocernos a nosotros y, a partir de ahí, conocer mejor el mundo.

– Hay muchas cosas para mejorar en el mundo, pero nunca cambiaremos nada en el mundo si antes no cambiamos nosotros.
El camino no es decirle a los demás cómo deben actuar correctamente. Primero debemos cambiar nosotros  y empezar a actuar correctamente transformándonos en ejemplo para los demás. Sólo así lograremos que los demás cambien también.

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Resumen de las palabras del Maestro Chao Piao Sheng durante  la clase del 13 de marzo de 2010