Habíamos terminado la primera rutina de ejercicios y todos procedimos a abrigarnos un poco más para escuchar al Maestro en esa fría mañana de agosto. Formamos un círculo y esperamos a que todos los demás alumnos se acercaran. El Maestro dijo:
-Al terminar los ejercicios hay que ponerse el abrigo rápido, sin perder tiempo y así estar listos para la siguiente actividad. Veo que algunos van a buscar su ropa como si estuvieran cansados y hacen esperar a los demás que ya están listos formando la ronda. Vamos, hay que moverse y aprovechar al máximo el tiempo que tenemos.

-Durante los ejercicios del comienzo hablé sobre este movimiento – el Maestro muestra «Empujar hacia adelante». -¿Para qué sirve este movimiento?

-Para estirar la espalda – dijo un alumno.

-Para trabajar la cadera – dijo otro.

-Está bien – dijo el Maestro, -pero lo más importante de este movimiento es que nos enseña cómo ejercer fuerza explosiva hacia adelante sin perder el equilibrio. En lugar de tener una pierna adelante y otra atrás, tenemos ambos pies en la misma línea, esto hace que sea más difícil conservar el equilibrio cuando emitimos la fuerza hacia adelante. Desde esta posición empujamos con fuerza con ambas manos, buscando la alineación correcta para no perder la raíz.

– Recuerden que el movimiento viene de la cadera. La cadera está en el centro del cuerpo y de ese centro surgen los impulsos que luego se expresan en la periferia.

-A veces un pequeño movimiento en la cadera se traduce en un movimiento grande en los brazos ¿no es cierto, Maestro? – dijo Ricardo.

-Claro. Siempre me acuerdo de una situación que viví en la calle. Yo iba en mi bicicleta y un taxi me tocó suavemente. El movimiento del auto fue muy corto, apenas unos centímetros, pero empujó mi bicicleta con mucha intensidad. Yo levanté la rueda de adelante y giré sobre la de atrás para absorver la fuerza del golpe. En el cuerpo ocurre lo mismo que con el taxi; un pequeño movimiento de la cadera puede transformarse en un amplio y poderoso movimiento de brazos, codos o manos.

-Recuerden que es muy importante practicar con absoluta concentración. Tenemos que ser concientes en cada instante de lo que está haciendo cada parte de nuestro cuerpo. Muchas veces los corrijo a ustedes cuando hacen mal un movimiento. Les pregunto si entiendieron y me responden que sí, pero luego el movimiento sigue saliendo mal. ¿Por qué pasa eso? Porque la mente aún no logró imponer su liderazgo sobre el resto del cuerpo. Y eso sólo se consigue practicando con absoluta concentración, moviendo todo el cuerpo como una unidad.

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Resumen de las palabras del Maestro Chao Piao Sheng durante la clase del 14 de agosto de 2010