Ser agradecidos

Sep 7th, 2010 | By | Category: Charlas con el Maestro

Este sábado llovió y la clase se desarrolló en el consultorio del Maestro.

-Aquí en mi consultorio contamos con muy poco espacio- dijo el Maestro. -Hoy tuvimos que acomodarnos lo mejor posible para poder hacer los ejercicios y la forma de taichi chuan, pero a pesar de todo, pudimos hacerlo. Cada uno trató de ocupar el espacio indispensable para moverse y no molestar al vecino.
Eso mismo tenemos que hacer en nuestra vida cotidiana, para no pelearnos con los demás. Si dos vehículos se dirigen uno hacia el otro y ninguno cambia un poco su dirección, van a chocar y los que viajan en ellos resultarán todos dañados.
Si todos podemos aceptar movernos y acomodarnos un poco para hacerle lugar a los demás, y los otros hacen lo mismo con nosotros, todos vamos a poder vivir mucho mejor. Tenemos que aprender a ceder.

-Una vez éramos muchos más en el consultorio y no había lugar para practicar la forma de taichi chuan. Lo que hicimos fue concentrarnos y practicarla cada uno mentalmente. Eso es muy bueno ya que de esa forma la mente y el espíritu se pueden concentrar en aspectos específicos que muchas veces en movimiento no se perciben. Uno se pregunta «aquí en esta posición, ¿cómo va la mano? ¿cómo va este brazo?» y de esa forma capta muchas más cosas que sólo haciendo la forma en movimiento. Después, al practicar la forma en forma física, con esta práctica mental, les va a resultar mucho más fácil concentrarse. Tienen que aprovechar los momentos muertos del día, por ejemplo cuando viajan en colectivo, o cuando esperan ser atendidos en algún lugar. Cualquier lugar es bueno para practicar de esta manera.

-Me estaba fijando en los ejercicios que hacen algunos alumnos y veo que los hacen sin coordinación, los brazos por un lado, la cadera por otro y la mirada por el otro. Nuestros ejercicios son para unir todo el cuerpo, junto con la voluntad. Tenemos que estar siempre conscientes de hacer las cosas como un todo, como una unidad, no como partes separadas. Cuerpo, mente y espíritu deben actuar en conjunto.

-Esta vez quiero hablarles de un tema que me vino a la memoria: cuando la gente va al templo, todos se sienten juntos y en comunidad. Hay una unión entre las personas, por un lado, y entre las personas y Dios, en cuerpo y en espíritu. Al irse del templo, la gente se despide deseándole al prójimo que siga junto a Dios. De ahí viene la palabra «adiós». Pero la mayoría de las veces esa unión con Dios se rompe al salir del templo. La mayoría de la gente sólo se acuerda de Dios en los malos momentos, cuando hay enfermedad y angustia. Pero cuando las cosas andan bien nadie se acuerda de Dios. Es como si en el templo se practicara y ejercitara el espíritu en comunidad, pero una vez afuera no se ejercitara más.

-Debemos mantener nuestra conexión con Dios en todo momento, dentro del templo y fuera de él, en los malos momentos y también en los buenos. Cuando estamos bien y somos felices tenemos que acordarnos de agradecer.

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Resumen de las palabras del Maestro Chao Piao Sheng durante la clase del 4 de setiembre de 2010

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