Alma y espíritu

Oct 22nd, 2010 | By | Category: Charlas con el Maestro

Llegamos al Parque de los Niños a las 10 hs. y encontramos un buen lugar bajo los pinos para sentarnos a meditar. Luego de explicar algunas cuestiones básicas sobre la meditación, el Maestro dijo:

-Todos vamos a dejar este mundo algún día. Ese día ¿qué nos vamos a llevar con nosotros? Nada. Entre otras cosas, la meditación sirve para estar preparados para ese día. Cuando cerramos los ojos, nos desprendemos de todo. Cuando volvemos a abrir los ojos, damos las gracias por todos los seres y las cosas que tenemos cerca nuestro y que nos ayudan a tener una vida mejor.

Después de la meditación llegaron las preguntas.

-Maestro, durante la meditación sentí que una hormiga me caminaba por la mano. ¿Qué hay que hacer en un caso así? ¿Se sigue meditando o se interrumpe? – preguntó David.

-Se abren los ojos y se saca la hormiga con mucho cuidado y se vuelve a meditar. Cuando pasa algo como lo de la hormiga o cuando la posición se vuelve incómoda hay que hacer algo al respecto porque si no uno se distrae y es difícil continuar la meditación. Lo que hagamos -sacar a la hormiga o cambiar la posición- debemos hacerlo de manera discreta y calma para no distraer a los demás.

-¿Cuál es la postura correcta para meditar? -preguntó Damián.

-No hay una postura única- dijo el Maestro. -Todo depende de cuán cómodo se sienta uno. Si uno está muy incómodo se distrae y no hay meditación. Algunos podrán adoptar la postura de loto completo; otros, la de medio loto; otros meditarán sentados en una silla o de pie. Lo importante en cualquier caso es mantener la columna derecha y vertical para que la energía circule bien.

-Maestro, hace un tiempo en dos situaciones diferentes, me apareció su imagen dándome indicaciones. La primera vez fue durante un sueño; usted me decía que tenía que masticar más la comida. Tiempo después, durante una meditación, usted me decía que tenía que comer más simple, sin mezclar tantos alimentos. En ambos casos, sus consejos eran muy oportunos y me sirvieron para resolver algunos problemas digestivos – dije yo.

-Yo siempre estoy pensando en mis alumnos, en cómo hacer para que aprendan mejor -dijo el Maestro. -Esa energía mental de mi pensamiento queda flotando en el aire y el alumno, si tiene una conexión fuerte conmigo, puede percibirla.

-Usted contó que durante un sueño recibió el mensaje de su maestro de que tenía que irse a enseñar a otro país – dijo Gastón. -¿Cómo supo que era algo real y no una ilusión?

-Es que después de ese sueño, todos los acontecimientos se dieron de una manera tan favorable que no tuve dudas de que tenía que venir a la Argentina – dijo el Maestro. -Mis papeles autorizándome a viajar salieron inmediatamente. Cuando llegué acá, a los pocos días tuve pacientes para atender. Cuando regresé a Taiwan me llamaron varias veces desde Argentina para decirme que los pacientes estaban esperando mi retorno. Para mí era muy claro que mi destino estaba aquí.

-Maestro, yo trabajo con un grupo infantil muy difícil de manejar y siento que no tengo más ganas de estar con ellos. ¿Qué hago? ¿Trato de cambiar al grupo o renuncio? – preguntó Brenda.

– Ante una situación difícil, antes de hablar o hacer nada, conviene respirar profundamente tres veces para calmar y aclarar la mente – dijo el Maestro. -También puede recitar el mantra. Seguramente los chicos le preguntarán qué está haciendo y usted puede responder «estoy recitando esta oración con un deseo profundo desde mi corazón para que ustedes aprendan bien y sean buenos». Tal vez esto ayude a hablar sobre el comportamiento que están teniendo y les haga ver que usted también está interesada y preocupada por ellos.

-¿Cuál es la diferencia entre espíritu y alma? – preguntó Romina.

-Cuando una persona muere, su alma se va y puede reencarnar o no en otro ser. El espíritu en cambio se queda. Por ejemplo, el alma del Gral. San Martín siguió viaje después de su fallecimiento. Pero el espíritu del Gral. San Martín quedó en este mundo, inspirando a todos aquellos que lo conocieron o estudiaron su coraje y patriotismo. El espíritu se puede cultivar hasta alcanzar niveles muy elevados. Eso ayuda a que el alma luego tenga un mejor destino.

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Resumen de las palabras del Maestro Chao Piao Sheng durante la jornada del 10 de octubre de 2010

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