Agradecer al dar

Nov 13th, 2010 | By | Category: Charlas con el Maestro

-¿Les gustaría que nos reunamos para festejar el fin de año? – preguntó el Maestro.-

Todos dijeron que sí.

-En principio, quedemos para el sábado 11 de diciembre a las 20 hs. Todos los interesados en ir a la cena, que por favor se anoten en una lista, así sabemos cuántos somos y podemos reservar mesas en el restaurante.
Para esta ocasión, quisiera que hablen todos; que todos cuenten sus experiencias en la práctica, que hagan su balance del tiempo que llevan en la Escuela.

-Yo quisiera contar algo que me pasó hace poco y que me afectó mucho- dijo una alumna.- Charlaba por teléfono con mi hija, que vive en el extranjero, y ella me gritó y me contestó muy agresivamente. Yo no reaccioné ni le dije nada, pero después me quedé muy mal por dentro. ¿Qué tendría que haber hecho?

-Cuando el otro grita, a veces no se da cuenta que está gritando- dijo el Maestro.- En ese caso, conviene hacerle ver que está gritando, por ejemplo diciéndole: «ahora me estás gritando. ¿Te parece que esta es la mejor manera de comunicar a los demás tu punto de vista? ¿Te da buen resultado andar gritándole a los demás?». Si el otro no cambia su actitud, ahí conviene no insistir.

-El diálogo entre padres e hijos a veces es complicado, porque muchos jóvenes no aceptan los consejos de los mayores. Un amigo mio tuvo una fuerte discusión con su hijo, que le pedía una importante suma de dinero para empezar un negocio. El creía que el proyecto de su hijo no era viable y se lo dijo y pelearon mucho, pero finalmente accedió a darle el dinero para que el joven haga su propia experiencia. «No quiso escuchar mis argumentos » me dijo, «así que estoy dispuesto a perder ese dinero si sirve para que él aprenda algo».

-Quisera profundizar un poco sobre algo que hablamos la semana pasada y que no sé si quedó claro. Me refiero a la relación entre espíritu y servicio.
Decíamos que cualquier actividad puede tener buen espíritu. No importa si uno trabaja como sacerdote, como vendedor de diarios o como maestra. Lo que uno hace puede tener espíritu o puede carecer por completo de él. Todo depende de cómo uno encara su actividad. Con el servicio o la ayuda al necesitado pasa lo mismo. Se trata de una actividad que por sí misma no tiene espíritu. Hay que ver de qué manera se realiza el servicio. No se puede decir «yo soy un tipo muy espiritual porque ayudo a los pobres».

-Mucha gente encara la ayuda a los necesitados como una forma de ahorrar felicidad para el futuro. El razonamiento sería: «ahora me privo de la felicidad de ir a pasear y en cambio, voy a ayudar a los más necesitados. Así voy ahorrando pequeñas cuotas de felicidad que en el futuro podré disfrutar todas juntas». Pensar así tiene cierta lógica, pero no tiene espíritu. La ayuda al necesitado tiene espíritu cuando se hace con disciplina, paciencia y concentración. Cuando se siente gratitud hacia el otro por darnos la oportunidad de ayudarlo.

-¿Por qué al brindar ayuda agradecemos al que recibe la ayuda?- preguntó el Maestro.- Porque él nos ayuda a tomar conciencia de la impermanencia de la vida. Nos permite darnos cuenta de que ahora tenemos techo, que tenemos salud, que podemos alimentarnos y sostener a nuestra familia. Eso es una bendición y hay que estar agradecidos.
Algo parecido sucede con la maldad. La gente que comete malas acciones provoca enormes sufrimientos, pero también ayudan a reconocer y valorar la bondad de la gente que actúa con amor.

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Resumen de las palabras del Maestro Chao Piao Sheng durante la clase del 13 de noviembre de 2010

One comment
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  1. Maestro una vez mas Noemi y yo queremos agradecerle por todo lo que hace por nosotros. El Jueves pasado nos quedamos con una sensación de tristeza ya que sabemos que solo queda una ultima clase del curso de como Potenciar la Mente. El contacto con Usted nos resulta imprescindible y seguramente seguiremos ligados a sus enseñanzas tomando clases de alguna otra disciplina que Ud. dicta. Lo queremos MUCHO y nos vemos el próximo Jueves. Muchas Gracias por su Amor , Sabiduria y Paciencia.

    Noemi y Walter.

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