-¿Que vamos a hacer esta noche cuando nos encontremos? – preguntó el Maestro.

-Vamos a comer y vamos a charlar Рdijo Ang̩lica.

-Me gustaría que hoy hablen todos los alumnos y que cuenten cuál es su balance de este año de aprendizaje. Al escucharlos yo me voy a dar cuenta de cuánto aprendió cada uno.

-Entonces, va a ser como un exámen – dijo Marcelo.

-¿Así lo ve usted?- dijo el Maestro. -El exámen tiene que ser una oportunidad para continuar el aprendizaje. El exámen debería servir para que el alumno distinga qué parte es la más básica, qué parte es la más compleja, que parte es importante, qué parte es accesoria y cuál es la relación entre todas las partes. De esta manera, el exámen se convierte en una etapa más del proceso de aprendizaje.

-El exámen no debe ser para asustar al alumno o para ponerle trabas. A un compatriota mío, que estudió medicina acá con muy buen promedio, cuando tuvo su último exámen, el que le permitiría recibirse de médico, le preguntaron cuántas estatuas había en la Argentina. Cómo él no sabía la respuesta, lo reprobaron. Eso es una injusticia.

-Acá la mayoría de la gente es carnívora y le cuesta acostumbrarse a una dieta vegetariana. Una vez, a un paciente le dije que los brotes de alfalfa eran muy nutritivos y se empezó a reír diciendo que la alfalfa es comida para caballos. Yo le pregunté si no le gustaría tener la vitalidad y el corazón fuerte como el del caballo. Se suele despreciar aquello que no se conoce.

-En Taiwan, los que tienen dinero comen arroz, en cambio, los pobres comen batata. Muchos ven a la batata como un alimento poco digno y se equivocan, porque los que comen batata pueden ser más fuertes que los que comen arroz. Por eso, creo que hay que probar de todo y dejar de lado los prejuicios.

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Resumen de las palabras del Maestro Chao Piao Sheng durante la clase del 11 de diciembre de 2010