Abrir la mente

Abr 23rd, 2011 | By | Category: Charlas con el Maestro

-¿Saben por qué hacemos este ejercicio? -preguntó el Maestro al tiempo que mostraba «Abrir la ventana».

-En su momento usted dijo que había mucha gente con problemas de columna; gente que estaba muy encorvada y que ese ejercicio ayudaba a mejorar la postura – dije yo.

-Así es. Es un ejercicio muy bueno para toda la columna, su articulación con la cadera, la cintura escapular. También es bueno para la articulación del hombro y para abrir el pecho. Pero hay que saber algo: cualquier ejercicio, por muy bueno que sea, no sirve de mucho si se lo hace sin concentración. Siempre decimos que es importante dedicarle tiempo a la práctica, pero si durante ese tiempo no hay concentración, es como si nada. Tienen que aprovechar la clase de los sábados para beneficiarse con la energía grupal y estimularse mutuamente. Si ven que algún movimiento no les sale, acérquense a dónde estoy yo para verme mejor. Si ven que un compañero está practicando distraído y sin concentración, traten de hacerlo mejor que él.

-Hay que tratar de hacer las cosas lo mejor posible ahora, en este momento. La buena práctica hecha con disciplina, paciencia y concentración de todos los días es como depositar dinero todos los días en una cuenta bancaria. Después de un tiempo de práctica veremos que se acumuló una suma importante. ¿Quién quiere tener un futuro mejor y que la siguiente vida sea también mejor?

– A mí me cuesta aceptar la idea de que hay otra vida después de esta – dijo Francisco, secundado por Sara.

– Entonces ¿de dónde viene usted? Usted cree que no viene de ninguna parte y que no va a ninguna parte.

– Me cuesta creer en esa idea -dijo Francisco.

– Pero hay que saber aceptar las ideas nuevas que a uno le llegan -dijo el Maestro. – Hay que abrir la mente a otras posibilidades. Lo mejor es aceptar todas las ideas y ponerlas a prueba y así discernir si son válidas o no. Fijarse si lo que lo que se dice coincide con lo que se practica. Si no hay congruencia entre teoría y práctica habrá que descartar  esa idea, pero primero hay que aceptarla.  Imaginen que están en su casa y alguien desconocido golpea a la puerta. ¿Se van a quedar encerrados en la seguridad de su casa o van  abrir la mirilla para ver quién es? Es mejor abrir y mirar quién es, luego decidir si se lo deja entrar o no. No es bueno tener una mente cerrada.
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Resumen de las palabras del Maestro Chao Piao Sheng durante la clase del 23 de abril de 2011

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