El sábado pasado el Maestro habló más de lo habitual y no pude hacer un resumen completo. Por eso dividí la charla en dos partes. Ahora sí, creo que ya está todo
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-Tuve un alumno de taichi chuan que tenía dificultades en el aprendizaje; le costaba avanzar -dijo el Maestro. -Le propuse que empiece a practicar chi kong. Hizo los primeros 14 ejercicios de chi kong y luego le propuse que vuelva a taichi chuan.
Ahí descubrió que sus dificultades con el taichi habían desaparecido. ¿Qué había pasado? El taichi chuan tiene muchos movimientos y eso a veces resulta engañoso, porque el alumno pasa al siguiente movimiento sin haber podido captar la esencia del movimiento anterior. En cambio, el chi kong tiene pocos movimientos simples que hay que repetir mil veces. Ese trabajo interno del cuerpo y la mente le permitió al alumno una mayor comprensión del taichi chuan. Pero esa comprensión sólo se logra con la práctica disciplinada, paciente y concentrada; no se logra mirando desde afuera.

-Pero yo puedo aprender mirando – dijo Cristina.

-Mirando, sólo puede tener una idea aproximada, pero no puede aprender de verdad -respondió el Maestro. -Supongamos que frente a nosotros hay una olla llena de agua. ¿Podemos saber con certeza la temperatura del agua sólamente mirándola? No, así sólo tendremos una idea vaga, pero si queremos más precisión, tendremos que tocarla. Ahora bien, su sensibilidad puede ser diferente a la mía. Si usted toca el agua le puede parecer caliente y a mí tal vez me parezca apenas tibia.

-Pero si yo veo a alguien haciendo taichi chuan puedo advertir por ejemplo cómo trabaja la cadera -dijo Cristina.

-Sí, pero eso que usted sabe sobre la cadera no lo aprendió mirando; lo aprendió practicando y porque su maestro se lo enseñó. Sólo se aprende con un maestro y con la buena práctica.

-Lo que practicamos con disciplina, paciencia y concentración nos enriquece y nos va cambiando. La práctica profunda y honesta puede cambiar nuestro destino en esta vida y también en las siguientes. El destino no es algo fijo e inamovible; se puede modificar si uno practica con fuerza y empeño. En la misma vida se pueden lograr grandes cambios, pero en la vida siguiente los cambios serán mucho más marcados.

-Somos como turistas en este mundo; pasajeros de un hotel pequeño, que es nuestro cuerpo y de un hotel más grande, que es el planeta. Estamos por un tiempo y después tenemos que irnos. ¿Quién quiere vivir 10.000 años en este mundo?

-A mí me gustaría vivir 10.000 años -dijo Mariela

-Pero ¿quién le asegura que siempre va a tener una forma de vida como la que tiene ahora? Si una persona tiene una mala práctica en esta vida, en la siguiente seguramente va a caer. Tal vez le toque ser gusano. No sé si a usted le gustaría esa forma de vida. Hay que tener cuidado con lo que uno desea.
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Resumen de las palabras del Maestro Chao Piao Sheng durante la clase del 24 de setiembre de 2011