Libertad y restricción
Dic 24th, 2011 | By Editor | Category: Charlas con el MaestroEl 18 de diciembre tuvimos nuestro encuentro de fin de año. Esta vez, en lugar de reunirnos en un restaurante, pasamos el dÃa en la casa de los padres de Romina, en Ingeniero Maschwitz.
Después de la meditación, la charla y el almuerzo, llegó la hora de practicar taichi chuan. El Maestro nos habÃa indicado que cada uno debÃa llevar una tira de tela de un metro y una soga de tres metros. Con la tela nos ató las muñecas por delante del cuerpo, de manera que todos los alumnos quedamos como si estuviéramos esposados. Al vernos se reÃa mucho y decÃa que parecÃamos presos. Cuando paró de reirse, dijo:
-Ahora vamos a hacer la primera parte de la forma de taichi chuan asÃ, con las manos atadas. Al inmovilizar las manos, lo que buscamos es que el movimiento surja de la cadera y de la cintura escapular. Tenemos que mover los brazos y manos con el impulso del cuerpo.
Repetimos el ejercicio tres veces y entonces el Maestro nos desató para que volvamos a hacer la forma, pero con las manos libres y pidió que comparemos las sensaciones entre una situación de libertad y la otra de restricción.
Después el Maestro nos hizo formar una fila y nos ató los tobillos con las sogas. Quedamos formando un enorme cienpies, con los tobillos derechos unidos entre sà y otro tanto con los tobillos izquierdos. Esta vez la consigna era caminar hacia adelante como en hsing-i chuan. Pero una cosa es decirlo y otra, muy diferente, es hacerlo. Hace falta una gran coordinación grupal y al principio nos costó lograrla, pero después de mucho insistir, lo conseguimos. Cuando pudimos movernos de manera unida y coordinada el Maestro nos desató y nos pidió que hiciéramos lo mismo, avanzar todos juntos y coordinados, pero sin ataduras. Era mucho más fácil.
Pocos dias después de este encuentro, el Maestro partió rumbo a Taiwan para atender asuntos familiares. Desde allà dijo:
-La semana pasada, cuando fuimos a Maschwitz, parecÃa que fuimos a jugar y divertirnos únicamente, pero no fue sólo eso. Los ejercicios que practicamos atándonos las manos nos permitieron practicar con más concentración, ya que cada uno tenÃa que imaginar que estaba practicando normalmente, recordar la forma y ver cómo realizar los movimientos con las manos atadas.
-Tenemos que aprovechar que tenemos las manos libres y practicar de la misma forma como si no las tuviéramos libres. Si practicamos muy cómodos, es muy fácil que la mente se vaya a otra parte. Por eso, luego de practicar 3 veces con las manos atadas, practicamos 2 veces más con las manos libres. Ahà todos pudimos sentir la diferencia; el gran alivio de recuperar la libertad de movimiento.
-Por eso, en nuestra vida cotidiana podemos aprender muchas cosas cuando estamos en dificultades, ya que la dificultad nos obliga a concentrarnos y a buscar la manera de salir adelante.
-Por ejemplo, cuando yo empecé a practicar hsing-i chuan luego de haber practicado karate, estaba muy duro y mi maestro me decÃa que tenÃa que estar más relajado. Por eso a una pista de atletismo y me puse a caminar hsing-i. Después de recorrer 400 metros, mi cuerpo estaba cansado y ya no podÃa ponerme rÃgido. Ahà comprendà cómo es practicar el hsing-i chuan sin hacer fuerza. Si no hubiera hecho eso no hubiera podido entender y percibir la sensación de practicar relajado. Justamente este fue el objetivo de aquellos ejercicios.
-Una vez que nos liberamos de las sogas, nos dimos cuenta que no hay que tener miedo a hacer cosas difÃciles. De hecho, debemos hacer cosas difÃciles, asà cuando enfrentemos situaciones cotidianas, todo nos resultará más fácil.
-Al practicar con los pies atados, necesitábamos la coordinación de todo el grupo. Al principio costó lograr esa coordinación, pero luego de practicar un rato, al ver que todos actuaban en equipo y estaban concentrados, me puse muy contento. Ahà todos pudieron llegar a un acuerdo táctico y unirse para hacer los movimientos.
-Les deseo a todos muy feliz Navidad y Año Nuevo. Si tienen tiempo, traten de ir a practicar a la plaza porque Gustavo, Ricardo y Daniel los van a ayudar. Los extraño y siempre me acuerdo de ustedes.
Saludos
Que tenga buen viaje maestro, gracias por sus palabras. Lo aprecio mucho.