Nuevos discípulos_1

Dic 4th, 2011 | By | Category: Charlas con el Maestro

En la noche del sábado 26 se realizó en nuestra Escuela una nueva ceremonia de pai zu, en la que seis alumnos fueron aceptados como discípulos. La reunión tuvo lugar en el consultorio del Maestro y los discípulos más antiguos asistimos como invitados.
Cuando llegué, los alumos estaban preparando el salón, limpiando el piso y organizando la comida. El Maestro armó un altar presidido por la imagen de nuestro sikong, el Maestro Wang Shu Chin, con ofrendas de frutas y sahumerios.

Terminada la ceremonia, en la que los nuevos discípulos se comprometieron a respetar los preceptos de la Escuela, el Maestro dijo:

-A través de la ceremonia de paizu, el alumno se convierte en discípulo. El maestro le enseña al discípulo con más profundidad. Pero no todos los alumnos están en condiciones de ser discípulos.

-Durante las clases el maestro enseña cuál es el espíritu de la escuela, pero no todos parecen comprender o aceptar esa enseñanza. Hay gente a la que las palabras le entran por un oído y le salen por el otro.
El alumno que va a participar de la ceremonia de paizu debe ser alguien simple y de buen corazón. Debe encarar su practica de manera completa, cultivando el aspecto marcial, el de la salud y el espiritual. Tiene que ser alguien capaz de cumplir con los preceptos. Tiene que tener varios años de práctica en los que demostró disciplina, paciencia y concentración.

-En nuestra Escuela, para aprender pakua chang o hsing-i chuan, el alumno tiene que hacer la ceremonia de paizu. Pakua chang y hsing-i chuan son artes marciales muy fuertes y tienen técnicas peligrosas que pueden lastimar a otras personas, por eso es importante pasar por la ceremonia en la que el alumno se compromete a usar el arte únicamente para defender al débil. Lo que se aprende en la escuela no es para ir a buscar pelea o mantener conductas violentas,  sino para ayudarse a uno mismo y a la comunidad. Por eso, mi maestro prohibió que sus discípulos trabajen como guardaespaldas.

-Una vez un discípulo de la Escuela estaba en el tren y advirtió que un ladrón se acercaba a una anciana para robarle. Entonces, sin decir nada, se ubicó entre la señora y el ladrón impidiendo cualquier maniobra de éste. Sin violencia física ni verbal protegió a la señora y evitó que se generara una situación impredecible. Esa es la manera correcta de actuar.

-No hay una criterio único para definir quién puede acceder a la ceremonia de paizu porque cada persona es diferente. A veces aparecen alumnos que ingresaron hace poco tiempo a la Escuela, pero que muestran un profundo compromiso con la práctica y sinceros deseos de aprender. La personalidad del alumno es muy importante. Hace falta una actitud de corazón y mente abiertos para poder aprender en profundidad.

-Hay gente que está interesada en hacer la ceremonia de paizu únicamente para después andar diciendo que son discípulos mios, para dar clases o publicar libros. Quienes actúan así tienen objetivos egoístas y no pueden ser discípulos. Primero hay que cultivar y pulir el propio carácter con paciencia y humildad.

-Cuando yo empecé, mi maestro observaba atentamente mi conducta, mi carácter, mi manera de encarar la práctica. Yo practicaba lo que mi maestro me indicaba, sin discutir ni exigir nada. Practicaba sin descanso, cuando el maestro estaba presente y también cuando no esaba. Después de varios años, un día me preguntó si yo estaba interesado en ser su discípulo y yo le respondí que sí, que tenía muchas ganas. Entonces, él me dijo que podía participar de la ceremonia de paizu.

-Muchas veces se compara la relación maestro-discípulo con la relación padre-hijo. Son relaciones parecidas pero no iguales. Si el maestro tiene un hijo biológico que quiere profundizar su aprendizaje, él también tiene que pasar por la ceremonia de paizu. En la ceremonia no sólo se establece un vínculo más profundo con el maestro, sino también con los demás ancestros de la Escuela. El nuevo discípulo asume un compromiso hacia su maestro y los maestros anteriores. A su vez, si el discípulo respeta los preceptos y sostiene su practica de manera correcta, recibe la bendición de los ancestros.

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