-La semana pasada hablábamos sobre Dios y el hombre -dijo el Maestro. -Decíamos que Dios creó todo; es el primer creador. El hombre también es creador; toma los elementos que hay en la Naturaleza y los transfoma para hacer cosas que antes no había; casas, computadoras, puentes, bicicletas, etc.

-Los humanos estamos en este mundo y necesitamos satisfacer nuestras necesidades y para eso creamos . Pero cuando termine nuestra estadía aquí ¿a dónde iremos? ¿Volveremos a este mundo otra vez? ¿Iremos a un sitio peor? ¿A quién no le gustaría al terminar su camino en la Tierra regresar a Dios, a la fuente de luz de la que venimos?

-El problema es que la distancia entre Dios y el hombre es enorme. ¿Qué podemos hacer para acortar esa distancia tan grande? La clave está en la concentración. La concentración tiene que ver con lograr la unidad. Cuando logramos unir toda nuestra atención sobre un sólo objeto, estamos concentrados. Cuando logramos unir mente, cuerpo y alma, estamos concentrados.

-Si logramos actuar en unidad de cuerpo, mente y alma habremos dado un paso importante. Decirlo es fácil, pero hacerlo no lo es tanto. Muchas veces el cuerpo hace una cosa, la mente hace otra y a su vez estas dos cosas se llevan a patadas con el alma. El alma sabe lo que es correcto y cuando el cuerpo y la mente actúan de manera incorrecta, el alma sufre. Se rompe entonces la unidad; hay desacuerdo entre el alma, el cuerpo y la mente; no hay concentración.

-A veces la persona actúa tan mal, que el alma se ve obligada a tomar medidas extremas para detenerla. En algunos casos, la enfermedad sobreviene como último recurso del alma para impedir que la persona siga haciendo cosas malas. Esas enfermedades que ningún médico logra curar tienen que ver con el mal karma que arrastra el paciente.

-¿Pero qué es actuar bien? Mucha gente dice «soy una buena persona». ¿Qué es ser «bueno»? Yo creo que si uno tiene que decir «soy buena persona» es porque en realidad no lo es. La gente que realmente es buena no lo anda diciendo.

-Imaginemos un mapa que muestra el territorio del bien y el territorio del mal. Entre ambos territorios hay una línea divisoria. Mucha gente dice «yo soy buena persona; no le hago mal a nadie». Ser bueno no es abstenerse de hacer cosas malas. En ese caso estaríamos ubicados sobre la frontera entre los dos territorios, pero eso no es ser «buena persona». Ser bueno es hacer el bien con disciplina, paciencia y concentración todos los días, todo el tiempo y sin buscar recompensa por ello. Mucha gente hace cosas buenas sólo para obtener reconocimiento, para que los demás vean y aplaudan; eso es pura apariencia.

-El trabajo que uno hace para ganarse la vida está relacionado con el actuar bien. El trabajo es para sostenerse a uno mismo y a la familia, pero no tiene que perjudicar a otros. Tampoco es bueno que el trabajo que uno hace le haga daño al medio ambiente. Lo ideal es integrar las dos cosas: el trabajo y la buena práctica. Más adelante vamos a seguir charlando sobre esto; ahora tenemos que practicar.

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Resumen de las palabras del Maestro Chao Piao Sheng durante la clase del 17 de marzo de 2012