Cuatro palabras

May 12th, 2012 | By | Category: Charlas con el Maestro

-Tengo que hablar sobre los 20 ejercicios -dijo el Maestro. -Hay una manera correcta de hacerlos. No es lo mismo hacerlos de una manera que de otra. Por ejemplo, en «Empujar hacia adelante», vamos con las palmas hacia adelante, flexionando bien la articulación de la muñeca. Los brazos y piernas estirados y la espalda también estirada en el momento del empuje. Cada uno de nuestros ejercicios tiene un sentido y busca lograr un efecto. No es sólo cuestión de mover el cuerpo y transpirar un poco. Mente y cuerpo deben estar unidos y sincronizados.

-Por eso les quiero dejar cuatro palabras que les van a servir para aprender cualquier cosa: observar, verbalizar, probar y practicar. Veamos el primer paso, la observación. Si queremos aprender un ejercicio o una técnica nueva primero tenemos que observar bien. Tomar la distancia necesaria -unos cuatro metros- para poder ver al maestro en su totalidad haciendo la técnica. Mirar en detalle el conjunto y también las partes. Cómo se mueve todo el cuerpo, cómo se mueven las piernas, cómo la cadera, cómo la espalda, etc. En la observación también tratamos de grabar la secuencia de los movimientos, qué va primero, qué va después, etc. como si estuviéramos tomando fotografías.

-El segundo paso es la verbalización. Luego de haber observado, tratamos de poner en palabras eso que vimos.

-¿Por eso usted antes nos hacía practicar la forma diciendo en voz alta lo que estábamos haciendo? -pregunté yo.

-Claro. Al expresar con palabras el movimiento se ayuda a la concentración mental y se comprende mejor lo que se está haciendo. Por ejemplo, si vamos a decirle algo importante a otro, sería bueno primero escucharnos a nosotros mismos decir eso a ver cómo suena. Imaginemos que queremos reprender a alguien. Antes de hacerlo, estando a solas, podemos expresar en voz alta lo que tenemos planeado decir y ver qué pasa. Tal vez descubramos que estamos siendo demasiado duros o que habría que cambiar el tono o alguna palabra.

-El tercer paso es probar. Hay que poner a prueba eso que observamos y verbalizamos. Ahí surgirán dudas y dificultades que habrá que aclarar, corregir y superar para poder reproducir el ejercicio correctamente.

-El último paso, luego de haber logrado el movimiento correctamente es practicar para completar el proceso de aprendizaje. Cada vez me siento más entusiasmado con nuestra práctica. Me doy cuenta que al estar concentrados en los detalles pequeños podemos descubrir cosas nuevas inimaginables todo el tiempo. Eso ayuda a levantar el espíritu.

-Entonces, los cuatro pasos del aprendizaje son observar, verbalizar, probar y practicar. La parte de observar y verbalizar es fácil. Hablar y teorizar es muy fácil, pero sin la práctica no hay conocimiento real. Mi teoría nace de la práctica. La mayoría de la gente cree que para aprender primero hay que estudiar la teoría, pero es al revés. Primero hay que practicar.

-Cada día que pasa yo quiero esforzarme por explicar mejor las cosas para que ustedes aprendan y avancen lo más rápido posible. ¿Por qué quiero que aprendan bien? Porque cada día que pasa es un día menos y nadie sabe cuánto tiempo vamos a estar acá. Por eso hay que aprovechar al máximo cada momento y aprender lo más posible. Así, si nos toca irnos, podremos llevar nuestra bolsa llena. ¿De qué estará llena esa bolsa? De nuestro aprendizaje espiritual, que es el único bien que podemos llevarnos al partir.
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Resumen de las palabras del Maestro Chao Piao Sheng durante la clase del 12 de mayo de 2012

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