-¿Quedó alguna duda sobre lo que hablamos en la jornada del domingo 29? -preguntó el Maestro.

-La mayoría de las preguntas giraron alrededor del tema del karma -dijo Angélica.

-El karma es la consecuencia de nuestros actos, pensamientos y palabras en esta vida y en vidas anteriores. A veces nos encontramos con una persona que de entrada nos provoca rechazo. Seguramente, en otra vida tuvimos algún conflicto con esa persona. Lo mismo ocurre con la gente con la que sentimos afinidad a primera vista; es gente con la que tuvimos un buen vínculo en otra vida. Ahora bien, si sentimos rechazo hacia alguien porque en otra vida nos llevamos mal ¿qué vamos a hacer al respecto en esta vida? ¿Vamos a seguir alimentando el rechazo, el enfrentamiento, de manera que la rueda del odio no se detenga nunca? Creo que lo mejor que podemos hacer es tratar de tener un buen vínculo con todas las personas con las que nos cruzamos. Porque lo que damos es lo que recibiremos. La vida es como un espejo que nos devuelve nuestra propia imagen. Si nos paramos frente al espejo y ponemos cara triste, el espejo nos devolverá una cara triste; si ponemos una cara sonriente, nos devolverá una sonrisa. ¿Qué imagen nos gustaría que nos devuelva hoy el espejo del mundo?

-Maestro, usted una vez me dijo que el karma suele asociarse a la deuda. Pero que era mejor ver el karma de otra manera, como un proceso de cultivo y de siembra -dije yo.

-Claro. Todo lo que pensamos, decimos y hacemos será una semilla. Cuando pensamos, hablamos y actuamos con odio estamos plantando la semilla del odio. ¿Qué fruto vamos a obtener cuando llegue el tiempo de la cosecha? Por eso, lo mejor es llevar adelante una buena práctica marcada por la disciplina, la paciencia y la concentración. Esa buena práctica será una buena semilla que nos dará una buena cosecha, en esta vida o en la próxima.

-¿Qué relación hay entre el karma y las enfermedades? -preguntó Carolina.

-Conocí a una señora que en un lapso de 15 años fue operada 17 veces sin que su situación cambiara. Sufría terribles dolores abdominales. Agotados todas las instancias, el médico la operaba y no encontraba nada. Después de la cirugía la mujer se sentía mejor, pero al tiempo volvían los dolores. Otras vez la operaban para no encontrar nada y los dolores desaparecían por un tiempo; así 17 veces. Seguramente, en otra vida esta persona lastimó a alguien con un cuchillo y ahora está pagando esa deuda.

-Incluso el Buda tenía karma. Cuenta la historia que estando el Buda de visita en una aldea, una persona echó a rodar una enorme piedra con el propósito de matar al Buda. Seguramente en vidas anteriores el Buda le había hecho algún daño a esta persona. Pero la buena práctica del Buda, llevando a todos un mensaje de amor y compasión por todos los seres vivos, hizo que su deuda karmática se redujera. La enorme piedra empezó a rodar y en su camino chocó contra una roca, rompiéndose en pequeños pedazos, uno de los cuales cayó sobre el pie del Buda provocándole una pequeña herida.

-Esta historia enseña que el peso del karma negativo puede aliviarse a través de la buena práctica, con disciplina, paciencia y concentración.

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Resumen de las palabras del Maestro Chao Piao Sheng durante la clase del sábado 5 de mayo de 2012