Mientras hacíamos los ejercicios del comienzo de la clase un señor se acercó y se puso a practicar con nosotros. Al terminar, el hombre se fue. El Maestro dijo:

-Estaba mirando cómo hacía este señor los movimientos y vi que se limitaba a mover un poco los brazos. Al que no conoce, le parece que simplemente estamos moviendo los brazos. Hay que saber distinguir entre la apariencia y la esencia.

-Cuando yo era chico quise aprender karate do. Fui a ver tres escuelas diferentes de karate y en cada una estuve mirando las clases durante tres meses. Después de haber mirado me acercaba al profesor y le preguntaba cuál era la esencia de su estilo. En base a todo lo observado y la información que dieron los profesores elegí una escuela para aprender.

-¿Cuál eligió, Maestro ? -pregunté yo.

-Una que enseñaba un estilo de karate basado en el shaolin. Durante los dos años que estuve ahí siempre tuve cinturón blanco porque no no me interesaba rendir exámen. Pero el profesor siempre me mandaba a practicar con los cinturones negros. Les cuento esto para que ustedes sepan que en cualquier disciplina, cuando uno mira, tiene que buscar la esencia. Hay que ponerse a mirar el panorama entero, todos los aspectos, con mucha calma y concentración.

-A veces la gente se desequilibra ante una situación y eso no permite encontrar la solución. Hace muchos años tuve problemas con el techo de la casa en que vivía. Una tormenta había afectado el techo y se caían pedazos del cieloraso. Estaba mirando el panorama con un amigo y se cayó un pedazo de material. Mi amigo se asustó y me dijo que teníamos que irnos. Yo le dije que no, que simplemente había que mirar con atención el techo y correrse para esquivar los pedazos que cayeran.

-Otra vez, estaba haciendo el servicio militar y en la cocina había problemas con una hornalla que largaba una tremenda llamarada. Mis compañeros salían asustados, pero yo me puse a mirar a ver por dónde entraba el aire que alimentaba la llama. Encontré la abertura y puse una tapa de olla para obstruir la entrada de aire y así se pudo controlar el fuego.

-Una vez, también durante el servicio militar, ibamos en un camión subiendo la montaña cuando vimos una enorme serpiente al lado del camino. Todos los soldados salieron a buscar palos bien grandes para controlar al reptil. Yo encontré una ramita de 20 centímetros y me puse a caminar al lado de la serpiente. En el momento oportuno le sujeté la cabeza contra el piso con la ramita y ahí pude tomarla con las manos. Todos se preguntaban cómo había hecho. Por eso, lo importante observar con tranquilidad para descubrir la esencia; estar atentos a todos los factores, evaluar las consecuencias de actuar sobre cada uno de ellos y determinar cuál es el más importante.

-El otro domingo fuimos con los voluntarios de la Fundación Tzu Chi a repartir abrigo y alimentos entre personas necesitas de Quilmes. ¿Alguno de los que estuvo ahí quiere comentar su experiencia?

-Cuando íbamos para allá -cuenta Miguel, -teníamos mucha expectativa. Al llegar nos sorprendió el trabajo previo que había realizado la Fundación yendo casa por casa e inscribiendo a la gente que iba a recibir la ayuda. Ese relevamiento que demandó cuatro días de trabajo hizo posible que la tarea de distribución fuera más organizada, simple y rápida. La experiencia fue muy positiva, no sólo por la oportunidad que tuvimos de ayudar, sino también por el agradecimiento y la sonrisa de la gente que recibía la ayuda. Esta experiencia me ayudó también en mi vida cotidiana, porque al ver la situación difícil en la que viven muchos, pude ver con más perspectiva mis problemas personales y tomar decisiones con más tranquilidad.

-Para mí fue la primera experiencia de este tipo -dijo Sofía. -Es muy distinto saber del sufrimiento de los semejantes que entrar en contacto directo con ese sufrimiento. Me pareció muy buena la organización.

-Cuando fueron las inundaciones en Gualeguay y en Santa Fé -dijo el Maestro. -fuimos con 8 mil mantas a las zonas afectadas. Esas mantas fueron fabricadas a partir de las botellas de plástico. Con máquinas especiales se limpia bien el plástico y se elabora un hilado que sirve para fabricar ropa y frazadas.

-Yo fui con mi hijo de 11 años -dijo Luis. -Creo que fue muy bueno para él poder ver esa realidad; ver a esa gente que si uno se la cruza por la calle por ahí siente miedo. Ahí me di cuenta que es tan importante recibir como dar y realmente no tenemos muchas oportunidades para dar. Por eso estoy muy agradecido con la Fundación y con el Maestro por esta oportunidad.

-Hablar u opinar sobre la ayuda al prójimo es muy distinto a la práctica concreta de ayudar; se ve y se siente algo completamente distinto -dijo el Maestro. -La próxima vez que la Fundación haga una actividad como esta los voy a invitar para que participen todos los que tengan ganas.

-Maestro, usted contó que cuando buscaba escuela de karate trataba de encontrar la esencia de cada estilo -dijo Ricardo. – ¿Cuál es la esencia de nuestro estilo?

-La esencia de nuestro estilo está en los detalles pequeños.

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Resumen de las palabras del Maestro Chao Piao Sheng durante la clase del 7 de julio de 2012. Se prohibe la reproducción total o parcial de este texto sin previa autorización del autor.