-Hoy hace mucho frío -dijo el Maestro, mientras bebía un poco de agua caliente. -Si uno tiene la costumbre de hacer ejercicio todos los días ¿qué siente el día que no practica?

-Siente que falta algo -dije yo.

-Hace tiempo les dije que todos los días es necesario comer, bañarse por fuera y también bañarse por dentro. Hacer ejercicio es muy importante porque estimula la circulación de la sangre y la energía y eso ayuda a limpiar el organismo internamente. Además, hacer ejercicio ayuda a mantenerse de buen ánimo. Cuando la gente entra en depresión no tiene ganas de hacer nada. Esto se puede superar con una buena sesión de ejercicio. Cuando la persona hace ejercicio la sangre circula, el estado de ánimo cambia y aparece una sensación de vitalidad muy estimulante.

-Si la persona está muy deprimida necesitará que otra persona la acompañe y la estimule a hacer ejercicio o a caminar. Si es necesario se puede encarar la actividad física como un juego, para despertar el interés del otro. Hay que probar distintas posibilidades para estimular al que está caído.

-Por ejemplo, se puede acompañar a la persona a practicar taichi chuan en la plaza. Después de un tiempo, esa persona empezará a sentir que se siente mejor, con más vitalidad y fuerza; a partir de ahí esa persona tal vez empiece a practicar sola. Al principio, practicar uno solo es dificil, porque uno todavía no entiende cómo funcionan las cosas y tampoco tiene la costumbre. Por eso, en las primeras etapas es necesaria la ayuda de otras personas que ya conozcan sobre el tema. En todos los aspectos de la vida es así.

-En la vida hay que probar, hay que luchar. Nada bueno viene solo; hay que ir a buscarlo. Hay un antiguo cuento chino que habla sobre esto. Había un señor muy perezoso que fue a consultar un astrólogo y éste le predijo un destino lleno de oro y riquezas. El señor se puso muy contento y pensó: «qué suerte; no voy a tener que trabajar más» y se dedicó a lo que más le gustaba: holgazanear. Se la pasaba todo el día en la cama esperando que se cumpla su destino millonario. Los años pasaron y las riquezas no aparecían, entonces el hombre le preguntó al santo de la prosperidad: «me dijeron que tengo un destino de riqueza, pero el tiempo pasa y las riquezas no vienen ¿por qué?». El santo le respondió: «tú eres muy perezoso y no hacés ningún tipo de trabajo; ni siquiera limpias tu casa. Si hubieras barrido el piso de tu casa habrías encontrado debajo de tu cama el tesoro que hay allí escondido». El hombre movió la cama sobre la que había estado tirado tantos años y descubrió un tesoro.

-Este cuento sirve para comprender que por más maravilloso que sea nuestro destino, nunca lo vamos a encontrar si no salimos a buscarlo. Hay que salir a buscar lo que deseamos; hay que probar, hay que luchar. No hay que quedarse esperando a que las cosas vengan solas, porque eso no existe. La suerte no viene sola; hay que atraerla con la buena práctica.

-Hoy hablamos sobre la depresión y la pereza. Otro tema que afecta a mucha gente es la culpa. ¿Qué hacer cuando uno siente culpa por algo malo que hizo? Es normal sentirse mal por algo mal hecho, pero lo importante es aprender de lo mal hecho y corregir ese error. Lo importante es ver qué estamos haciendo en el presente para corregir y no volver a repetir aquel error. Si quedamos atrapados en un pasado de culpa no podremos estar atentos a lo que estamos haciendo en el presente. Es en el presente donde podemos corregir y reparar. Imaginen que estamos caminando hacia adelante ¿qué pasaría si al caminar, en lugar de mirar hacia adelante, nos la pasamos mirando hacia atrás?

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Resumen de las palabras del Maestro Chao Piao Sheng durante la clase del 14 de julio de 2012. Se prohibe la reproducción total o parcial de este texto sin previa autorización del autor.