Constancia

Sep 9th, 2012 | By | Category: Charlas con el Maestro

-¿Estuvo practicando los ejercicios respiratorios que enseñé la otra semana? –le preguntó el Maestro a Romina

-Sí, por el momento estoy haciendo 60. Aún no llegué a los 120, pero ya no me canso ni me mareo.

-Cuánto más practique, más rápida será la recuperación y se reducirá la panza –dijo el Maestro y agregó dirigiéndose a todos –Cualquiera que tenga panza grande puede hacer este ejercicio; no es sólo para mujeres que acaban de parir.

-Nuestro grupo de práctica es como un tren. Hay una locomotora que tira para adelante y varios vagones. ¿Cuántos vagones tiene el tren? No sabemos, depende de la fuerza de la locomotora. Los que se suban primero al tren tendrán más lugar. Los que se suban tarde tal vez no encuentren asientos libres y tal vez la locomotora ya no tenga la misma fuerza que en los primeros tiempos. Durante el viaje el tren va a pasar por diferentes estaciones. Algunos se bajarán en las estaciones intermedias; otros seguirán viaje hasta el final. El que quiera llegar hasta la última estación tiene que seguir en el tren.

-Si el alumno quiere recibir el mensaje del maestro tiene que mostrar su cara. Si el alumno no viene a clase, el maestro se olvida de su cara. Es muy importante la constancia. Si el alumno sigue con la práctica todos los días logrará avanzar, se sentirá más fuerte, con más fe en sí mismo y con más seguridad en la vida.

-Si en esta vida no logra llegar al nivel más alto, en la siguiente empezará desde un punto de partida más alto. El crecimiento fruto de la buena práctica no se detiene; continúa de una vida a la siguiente. Si uno lucha por mejorar y se dedica a la buena práctica, cada vez va a estar mejor. Estas palabras que les digo son simples pero muy útiles. Hay gente que habla muy elegante y complicado; parece que dijeran cosas profundas e importantes, pero son sólo palabras bonitas y nada de práctica. Uno escucha estas palabras en una conferencia o seminario, se maravilla de lo lindas que son, pero al salir a la calle se olvida todo y vuelve a su rutina de siempre. Mi palabra no es para que entre por una oreja y salga por la otra. Mi palabra entra por los oídos, va al cerebro, al corazón y llega a las cuatro extremidades para convertirse en acción concreta.

-Entre ustedes y yo hay una afinidad. Hay que aprovechar esta afinidad para aprender ahora, en este tiempo, porque yo no voy a estar aquí para siempre. ¿Cuál es la diferencia entre el Buda y el diablo? El Buda deja las puertas abiertas de su casa para que la gente entre por su propio deseo. El diablo seduce y toma de la mano a la gente y la va llevando a su casa.

-La gente suele hacer planes para el futuro, pero lo importante es lo que uno hace aquí y ahora. Si quiero hacer el bien, tengo que hacerlo ahora, en el presente. Así, sumando buenas acciones en cada instante, con constancia, vamos construyendo una vida de buenas acciones. Lo de la constancia es muy importante, como lo enseña la fábula de la tortuga y la liebre. Si uno, como la liebre, se cree muy veloz y merecedor de un descanso, es seguro que va a perder todo lo logrado. El que va como la tortuga, lento pero constante, seguramente logrará su objetivo.

-Lo importante es la constancia. Por más que uno sea inteligente, no hay que creerse muy inteligente, hay que ser humilde, paciente y constante. Hace tiempo había alumnos que cada tanto me preguntaban “¿estoy mejor ahora, Maestro…estoy mejor?”. Insistían tanto con eso de que yo les diga cuál era su nivel que una vez les dije: «si a usted no le gusta mi manera de enseñar voy a empezar a tomar exámenes. Cada tres meses habrá exámenes para los que habrá que pagar más dinero». Después de esto dejaron de insistir. El alumno debe concentrarse en practicar todos los días con disciplina, paciencia y concentración, sin preocuparse por averiguar cuál es su nivel. Yo me doy cuenta perfectamente de cuál es el nivel de cada uno. Basta con mirarlos y escucharlos durante la clase.

-Estas cosas yo ya las dije muchas veces, pero las repito igual, sin temor a ser reiterativo. ¿Por qué repito tantas veces lo mismo? Porque las buenas palabras se olvidan pronto; en cambio, las malas palabras quedan grabadas para siempre. Tal vez ustedes se digan “otra vez el Maestro hablando sobre este tema; esto ya lo escuché mil veces”. No piensen así. Piensen que si insisto con una idea es porque esa idea aún no les ha llegado. Cuando me escuchen repetir algo hagan introspección y fíjense si están llevando a la práctica eso que trato de transmitirles.

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Resumen de las palabras del Maestro Chao Piao Sheng durante la clase del 8 de setiembre de 2012. Se prohibe la reproducción total o parcial de este texto sin previa autorización del autor.

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