Los 5 ladrillos
Oct 27th, 2012 | By Editor | Category: Charlas con el MaestroUna paloma dejó caer su “regalo†sobre el hombro de un compañero de práctica. Al verlo, otro compañero dijo: “vas a tener buena suerteâ€.
-Algunos piensan que tal dÃa tuvieron mala suerte o que tal otro tuvieron buena suerte –dijo el Maestro. –No simepre es asÃ. La suerte de una persona está relacionada con su manera de pensar y de manejar los pensamientos. Una vez entré en un negocio y la señora que atendÃa me dijo: “hoy es un dÃa de mala suerte; todo lo que hago me sale malâ€. Tal vez lo que le estaba faltando ese dÃa a la señora no era suerte sino concentración.
-Hay dÃas en los que nos cuesta más concentrarnos. Puede deberse a nuestro estado de ánimo de ese momento o a la etapa del ciclo astral en que nos encontramos. Una persona que toda la vida demostró ser muy inteligente, ese dÃa puede cometer gruesos errores. Esas situaciones suelen atribuirse a la mala suerte. ¿Qué se puede hacer en esos casos para mejorar la situación?
-Hay que pensar positivamente –dijo Gustavo.
-SÃ, pensar positivamente es bueno -dijo el Maestro. -Pero ¿cómo se ayuda al pensamiento positivo? Hay que tratar todos los dÃas, en cada momento, de hacer algo positivo. Al estar concentrados en lo que hacemos y al hacer cosas positivas vamos a ayudar a que nuestra mente también funcione de manera positiva.
-Otra buena opción es recitar el mantra y meditar para tomar la energÃa del Universo que ayude a neutralizar la mala energÃa del momento. Al recitar el mantra estamos pidiéndole buena energÃa al Universo. Ese sonido nos conecta con el Universo y vuelca sobre nosotros su energÃa positiva, que nos ayuda a contrarrestar las energÃas negativas.
-Les voy a contar una historia que me contó mi tÃo y que tiene que ver con esto. Hace muchos años él viajó a Italia como miembro de una delegación de artistas marciales de Taiwan. Mi tÃo iba a mostrar taichi chuan. HabÃa otro señor que iba a hacer una demostración de chi kong en la que un asistente rompÃa con una maza 5 ladrillos que él tenÃa sobre la cabeza. Al llegar a Italia se imprimieron afiches para promocionar la exhibición y entre otras cosas se anunciaba el número de los 5 ladrillos. Pero resulta que, comparados con los de Taiwan, los ladrillos italianos eran el doble de gruesos. Cuando descubrieron esto el afiche ya estaba pegado por toda la ciudad y no habÃa vuelta atrás. El dÃa de la exhibición el experto en chi kong puso los cinco ladrillos italianos sobre su cabeza, adoptó la postura de jinete y el asistente golpeó con la maza. Los ladrillos no se rompieron. Hubo un segundo intento que también fracasó. Para el tercer intento el hombre puso toda su energÃa y concentración. La maza golpeó más fuerte y los ladrillos se rompieron, pero él parecÃa conmocionado. HabÃa cerrado los ojos y su postura de jinete se habÃa hundido. Los que estaban cerca pensaron que iba a desmayarse y lo llamaron varias veces por su nombre. Lo que estaba haciendo el experto en chi kong era reunir toda su energÃa y concentrarla en el tantien. Logrado esto, abrió los ojos y volvió a la posición erguida.
-Cuando necesitamos contrarrestar una fuerza negativa tenemos que hacer asÃ. Tomar aire profundamente y guardarlo en el tantien, todas las veces que necesitemos, hasta habernos llenado.
-Alguna gente que se queja siempre de su mala suerte parece que quiere dar lástima –dijo Sara.
-Sucede a veces que la persona cree intensamente en la mala suerte, la acepta y eso le da más poder a las energÃas negativas. Por eso, cuando necesitamos resistir la adversidad, tomamos aire lenta y profundamente, lo retenemos lo más posible y guardamos su energÃa en el tantien. Si respiramos rápido no aseguramos una buena oxigenación; parece que tomamos aire pero en realidad llega muy poco oxÃgeno al cerebro. Cuando practicamos taichi chuan nos movemos lentamente y esa lentitud ayuda a que la respiración sea más lenta y profunda.
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Resumen de las palabras del Maestro Chao Piao Sheng durante la clase del 27 de octubre de 2012. Se prohibe la reproducción total o parcial de este texto sin previa autorización del autor.