El barco y el nivel del mar

Dic 29th, 2012 | By | Category: Charlas con el Maestro

Este sábado Miguel trajo varias copias del mantra escritas en papel para repartir entre todos los compañeros. Cada copia  tenía una cinta en la parte superior para poder colgarla. Después de repartirlas, el Maestro dijo:

-Ustedes pueden colgar este mantra en la puerta de entrada de la casa, del lado de adentro. Cuando van a salir, repiten tres veces “nan mo a mi tuo foo”. Cuando van a entrar a la casa, antes de meter la llave en la cerradura, también repiten “nan mo a mi tuo foo”. Esto ayuda a proteger a la casa y a la gente que vive dentro.

-Esto que hizo Miguel es muy bueno. No solo se puso a practicar caligrafía sino que también lo hizo para compartir con sus compañeros. Gracias a su trabajo voluntario ahora todos pueden tener colgado en su puerta el mantra y eso les ayudará a recordar que hay que recitarlo. Yo no le dije que lo haga; lo hizo por propia voluntad. Eso tiene mucho mérito; mucho más mérito que hacer algo bueno a pedido de otro.

-Ojala que esta iniciativa de Miguel sirva como ejemplo e inspiración para todos los demás. Todas las acciones positivas que hagamos generan una energía positiva que luego vuelve a nosotros. Es como el barco que flota en el mar; si el nivel del agua sube, el barco también se elevará. Somos como el barco; si hacemos cosas para que los que nos rodean suban su nivel, también subiremos nosotros. Mucha gente no comprende esto y tiene una visión muy estrecha del interés personal. “Haciendo trabajo voluntario yo no gano nada; no me conviene” piensan algunos.

-Hace un tiempo en el edificio donde está mi consultorio había un inquilino que causaba muchos problemas. Cuando se fue yo pensé “qué suerte”, pero el nuevo inquilino resultó peor. Su balcón con macetas da a la calle y esta persona tiene la costumbre de regar sus plantas sin ningún cuidado. Tira un baldazo de agua que moja a todos los que caminan por la vereda. Su conducta muestra falta de cariño hacia las plantas y falta de respeto por la gente que pasa bajo el balcón.

-Esto que les cuento es para mostrar que alguna gente no pone atención en lo que hace. No basta con hacer las cosas; hay que hacerlas bien, poniendo atención en todos los detalles y teniendo en cuenta las posibles consecuencias. ¿Qué clase de vida se puede tener así? ¿Qué se puede aprender así?

-Por eso, cuando les enseñé los tres atributos más importantes en la práctica, puse primero la disciplina. Hay que actuar de manera disciplinada y prestar atención a los pequeños detalles, en todos los aspectos de la vida. A pesar de lo que muchos creen, los pequeños detalles son muy importantes. Lo que marca la diferencia entre la buena práctica y la práctica vacía es la concentración en los pequeños detalles.

-Como les decía, conviene poner atención en lo que estamos haciendo en todo momento y tratar de hacer cosas buenas. Algunos dicen “yo soy buena persona; no le hago mal a nadie”. Eso no es ser buena persona. Imaginen una línea que marca la frontera entre el bien y el mal. Si uno no hace nada malo, pero tampoco hace nada bueno, estará ubicado en la frontera. Eso es estar en una posición neutra, no es ser buena persona. Ser buena persona es actuar, es hacer cosas buenas. Y hacerlas por propia voluntad, no para que nos feliciten o nos saquen fotos. Eso es como esos estudiantes que sólo estudian para el examen; antes del examen no hacen nada y después, se olvidan todo. La buena práctica es para todo los días.

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Resumen de las palabras del Maestro Chao Piao Sheng durante la clase del 29 de diciembre de 2012. Se prohibe la reproducción total o parcial de este texto sin previa autorización del autor.

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