Este sábado hubo pocos alumnos en la plaza. El Maestro dijo:

-Parece que empezaron las vacaciones. Mucha gente siente que necesita las vacaciones porque lleva un ritmo de vida muy desequilibrado. Todos tenemos que trabajar para poder mantener a nuestras familias. Pero cuando termina la jornada y se vuelve a casa es bueno dedicarse a alguna actividad gratificante. Yo por ejemplo, me ocupo de mis plantas. Las reviso una por una, les pongo agua, abono, etc. Este contacto cotidiano con la Naturaleza es muy bueno para equilibrarse internamente.

-Por eso tantas veces les traje plantas para que ustedes cuiden y aprendan de la Naturaleza.

-Antiguamente no existían las vacaciones. La gente trabajaba y descansaba según los ritmos de la Naturaleza. Todos los días sale el sol, por lo tanto, todos los días se trabaja. Todos los días se pone el sol, por lo tanto, todos los días se descansa. En tiempos antiguos tampoco existía el concepto de fin de semana. Los ciclos estaban marcados por el sol, la luna y la Tierra, nada más.

-Si el cuerpo se acostumbra al descanso, se vuelve cada vez más perezoso y cada vez le resulta más difícil salir de la inercia de la pereza. Junto con la pereza llega la angustia y la persona empieza a comer más de la cuenta y a subir de peso.

-Encima, cuando la persona tiene sobrepeso, tiene menos energía y siente cansancio todo el tiempo –dije yo.

-Conocí un matrimonio que se fue de vacaciones a Vietnam –dijo el Maestro. –El hombre tiene un poco de panza y al llegar allá se dio cuenta que no había vietnamitas gordos. Al pasear por las calles todo el mundo miraba su abdomen como una curiosidad exótica.

-Por eso es muy importante que cada uno se cuide a sí mismo y busque el equilibrio. Tiene que haber un equilibrio entre el trabajo y el descanso; entre la actividad física y el sedentarismo, entre la quietud y la actividad mental.

Durante la práctica de tui shou el Maestro dijo:

-Tengan en cuenta que el tui shou sirve para estudiar la aplicación de las técnicas que están en la forma. Por eso es más importante aprender bien la forma, en profundidad, prestando atención a los detalles pequeños. No siempre tenemos compañero para practicar tui shou, pero siempre podemos practicar la forma.

-Veo que algunos se esfuerzan por evitar el contacto de la mano del compañero. Cuando el otro apoya su mano sobre nuestro pecho y hombro sin demasiada fuerza no es necesario sacar esa mano. Por el contrario, conviene “escuchar”, sentir qué tipo de energía tiene esa mano y recién desviarla cuando emite una fuerza que puede desestabilizarnos. También podemos dejar su mano sobre nosotros para que el otro se confíe y busque empujar con fuerza. Ahí sí, cuando el otro empuja con fuerza, actuamos desviando, neutralizando o lo que sea conveniente.

-Tampoco es necesario moverse de más. En tui shou el movimiento debe surgir en función de lo que hace el otro. Si el otro no se mueve, yo no me muevo. No hay por qué andar moviéndose “por si acaso”.

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Resumen de las palabras del Maestro Chao Piao Sheng durante la clase del 5 de enero de 2013. Se prohibe la reproducción total o parcial de este texto sin previa autorización del autor.