-Hoy tenemos alumnos nuevos –dijo el Maestro-. A ellos les digo que los ejercicios que hacemos al comienzo de la clase no son una simple gimnasia. Son movimientos tomados del taichi chuan y hay que hacerlos con mucha concentración y moviendo todo el cuerpo como una unidad. Ustedes deben mirar y tratar de copiar. Si hay algo que no entienden, preguntan.

-Ahora les pido a los alumnos más antiguos que por favor cuenten su experiencia para que los más nuevos tengan una idea.

-Cuando yo empecé a practicar taichi chuan –dijo Angélica- estaba con muchos dolores, sobre todo del ciático. Iba al curso de acupuntura y le contaba al Maestro de mis dolores y él me dijo: “tiene que hacer taichi chuan”. Eso hice y el ciático dejó de dolerme. Hoy día, si no vengo a alguna clase, siento que me está faltando algo. Cuando vengo a la clase siento que estoy “recargando las pilas”.

-Para mí fue muy importante conocer al Maestro –dije yo-. Fue como volver a nacer. Miro para atrás y me doy cuenta de cuántas cosas cambiaron en mí, a nivel físico, mental y espiritual. A nivel mental, siento que mi mente está más despierta y es más eficiente. En el trabajo eso me permite resolver situaciones en menos tiempo y con una mejor calidad. Antes, no era conciente de qué pensamientos ocupaban mi mente. Gracias a la práctica tengo más concentración y registro en qué anda mi mente en cada momento y eso me permite descartar lo que no me sirve y conservar lo que sí es valioso.

-Cuando empecé, al principio me costaba –dijo Daniel-, pero el cuerpo de a poco se va acostumbrando y uno se siente más fuerte, con más confianza y tranquilidad. Después los cambios empiezan a darse a nivel interno.

-A mí la práctica de taichi chuan me ayudó a superar ciertos temores –dijo Liliana-. Hace un tiempo tuve que viajar en avión por trabajo. Tenía miedo a los aviones pero no podía dejar de ir. Cuando estuve en el avión sentí que la respiración se aceleraba y para calmarme empecé a hacer la forma de taichi chuan mentalmente. Eso me relajó y me permitió recuperar la calma, incluso pude dormir.

-Muchas veces la gente siente miedo porque piensa de manera negativa –dijo el Maestro-. Por eso la práctica de taichi chuan es tan buena, porque aquieta la mente, neutralizando los pensamientos negativos. Además, al circular la energía yang, la persona se siente más vital y la energía negativa no entra. Esto es algo que uno aprende en el taichi chuan pero que se puede aplicar en todo momento de la vida cotidiana.

-Yo siempre hago la forma al lado de ustedes; la primera, la segunda y la tercera parte. Alguien alguna vez me preguntó: “después de tantos años de práctica ¿no se aburre de hacer la misma forma?”. Yo no me voy aparte a practicar cosas más avanzadas mientras ustedes practican la primera parte de la forma. Me quedo a practicar lo mismo que ustedes porque al repetir la forma una vez más, me siento más fuerte, siento más vital, más concentración, siento que perfecciono mis movimientos y que mi paciencia se fortalece. Todo eso hace que mi energía se levante.

-Por eso quiero que ustedes aprendan bien y apliquen lo que aprenden acá en todo momento de sus vidas. Lo que aprenden acá hay no es para guardarlo en un desván de cosas olvidadas; es para usarlo todos los días a toda hora y en cualquier lugar.

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Resumen de las palabras del Maestro Chao Piao Sheng durante la clase del 27 de julio de 2013.  Se prohibe la reproducción total o parcial de este texto sin previa autorización del autor.