-Hace poco vi un programa del canal de la Fundación Tzu Chi –dijo el Maestro-. En ese programa contaban la historia de una chica de 28 años que estaba muy preocupada porque un astrólogo le había leído la mano y le había dicho que su línea de la vida era muy cortita y que no iba a vivir mucho tiempo. La chica no podía dejar de pensar en ese asunto y continuamente se preguntaba cuándo le llegaría la hora fatal.

-Una amiga, que es voluntaria de la Fundación Tzu Chi, le dijo que vaya a hablar con la Maestra Cheng Yen y eso hizo. Le explicó a la Maestra su preocupación por lo corta que era su línea de la vida y la Maestra le respondió que el tamaño de la línea no era importante; que esa línea tenía que ver con su karma y con lo que había hecho en el pasado. Que lo realmente importante era lo que ella pudiera hacer de hoy en adelante.

-Si uno empieza a hacer cosas buenas puede torcer el rumbo de su destino. Por eso siempre digo que esta vida es para practicar; no es para disfrutar. Si creemos que esta vida es para disfrutar, nos dedicaremos a comer lo que sembramos en el pasado y no tendremos nada para el futuro. Practicar en el presente significa sembrar hoy para tener frutos mañana. La gente que vive en el campo tiene muy en claro esto. En cuanto se cosecha ya hay que ponerse a preparar las semillas y la tierra para volver a sembrar; es un ciclo que nunca termina.

-Tenemos que practicar todos los días para ser más fuertes. Pero esa fuerza que cultivamos es para hacer cosas buenas, útiles y con sentido.

La chica esta empezó a hacer trabajo voluntario y un día le propuso a su hermano que la acompañe en el voluntariado. El hermano le respondió que en ese momento no podía, que su negocio le demandaba mucho tiempo y que tal vez podría hacerlo más adelante, cuando fuera más viejo y tuviera tiempo libre. Como el astrólogo que a ella le había dado pocos años de vida, a él le había pronosticado una larga vida, pensó que más tarde iba a poder ocuparse del trabajo voluntario. Al poco tiempo, este señor tomó alcohol y salió a manejar su auto y sufrió un accidente fatal. Esto nos muestra que la vida es variable. No sabemos cuánto tiempo vamos a estar en este mundo y por eso es muy importante aprovechar al máximo el tiempo presente.

-Hay que ser prudente al interpretar la carta natal. Por eso, cuando alguien me pide que le haga una, yo no le hablo de las cosas buenas que marca la carta. Hablo de las cosas malas, para que la persona esté atenta y se esfuerce por corregir un rumbo que puede ser peligroso. Si a uno le dicen que la suerte está de su parte es seguro que se va a dormir en los laureles, no va a esforzarse por mejorar y al final va a terminar cayendo con facilidad.

-Por eso yo siempre invito a la gente a hacer trabajo voluntario, pero muy pocos aceptan. Nuestra práctica no se limita únicamente al aspecto marcial. Nuestra práctica es para poder entender, para tener concentración, para lograr la paz interior y cultivar el espíritu. Cuando uno hace una buena práctica interna, naturalmente desde el interior surge la misericordia y empieza a escucharse la voz del santo interior que va marcando cuál es el camino correcto. De esta manera uno puede cambiar su destino. Esa es la manera en que enseño yo.

-Es como el jade. El jade que se encuentra en la montaña es una piedra sin ningún brillo, pero si se la pule con paciencia y concentración, se transforma en algo hermoso y muy valioso. La gente también tiene que pulirse. Eso es lo que nos diferencia de los animales. Los humanos podemos aprender, por eso es tan importante la educación. La práctica, paso a paso, con paciencia, nos va puliendo como el jade. La paciencia es fundamental, por eso en nuestra escuela no enseñamos de golpe un montón de cosas. Enseñamos una cosa y el alumno practica esa cosa durante mucho tiempo hasta comprender la esencia y fortalecer la paciencia.

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Resumen de las palabras del Maestro Chao Piao Sheng durante la clase del 6 de julio de 2013.  Se prohibe la reproducción total o parcial de este texto sin previa autorización del autor.