-¿Cómo pasaron el día de la Madre? –preguntó el Maestro-. ¿Lo que hablamos la semana pasada ayudó en algo?

-En mi caso dio muy buenos resultados –dijo un alumno nuevo-. Nos pusimos de acuerdo con mis otros hermanos y hablamos con ella de la manera que usted nos dijo y nuestras palabras fueron muy bien recibidas. Fue muy positivo.

-Yo creo que si un chico honra a sus padres, si los cuida y hace lo que le dicen, ese chico no va a hacer cosas malas. Si el chico honra a los padres, es capaz de escuchar sus buenos consejos. ¿Qué es honrar a los padres? No es algo meramente material. Honrar a los padres no es solamente hacerles regalos o darles dinero. Es estar con ellos y respetarlos también con la mente, el corazón y la conducta cotidiana. Si mi padre me enseña lo que está bien y yo le hago muchos regalos pero pienso y actúo mal, no lo estoy honrando. Por más que uno tenga dinero, si se porta mal, los padres se preocupan y sufren. Si uno no tiene dinero, no importa; con su mente, su corazón y sus acciones puede actuar de acuerdo con los buenos valores enseñados por los padres y de esa manera los estará honrando.

-Esto que les digo es para hacerlo todos los días, no sólo el día de la Madre o el día del Padre. Es para empezar hoy mismo. No hay que esperar a que los padres se hayan ido. Es mucho más importante actuar bien ahora que pedir perdón por algo mal hecho. Pedir perdón es importante, pero no deshace el mal hecho. Por eso, hay que actuar bien aquí y ahora; no basta con pensar bien y tener buenas ideas.

-Cuando hacemos esta técnica –el Maestro muestra la primera palma de tan lien-, no es el brazo solo el que empuja; es todo el cuerpo. Bajo al centro, flexionando las rodillas y simultáneamente el brazo retrocede hasta que la muñeca llega a la cintura. Luego, en el momento de empujar, subo y voy hacia delante estirando la pierna de atrás y ahí el brazo se extiende. Es todo el cuerpo al mismo tiempo; eso le da más poder al empuje.

-Me acuerdo que cuando fui a la charla de educación vial para renovar mi registro de conductor, nos explicaron que una birome dentro del auto pesa 5 gramos. Pero si la birome viaja con el auto a una velocidad de 60 km/h, pesa 5 kilos. En taichi chuan hacemos lo mismo, aprovechamos la masa corporal, la velocidad y la aceleración para generar poder. Aprovechamos la fuerza del otro para usarla en su contra. No enfrentamos fuerza contra fuerza. Eso es muy duro y no se puede sostener por mucho tiempo.

-Entonces, recuerden que el brazo no se mueve solo; se mueve con el resto del cuerpo, todo junto, todo integrado en una unidad. Así se genera mucho poder.

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Resumen de las palabras del Maestro Chao Piao Sheng durante la clase del 27 de octubre de 2013.  Se prohibe la reproducción total o parcial de este texto sin previa autorización del autor.