El Maestro se dirigió a los alumnos nuevos.

-Nuestros movimientos tienen adentro técnicas muy finas. Por lo tanto, si quisieran robarlos, no podrían. Estarían reproduciendo un movimiento vacío y sin contenido. Por eso, hay que tomar las clases y aprender bien uno a uno cada detalle. Por eso nuestro taichi chuan es tan diferente a los demás.

-Yo tengo que hablar con los nuevos para explicarles que tienen que tener paciencia y aquietar su mente. Esa es la única manera para poder incorporar esta técnica y esta forma de práctica. La mayoría de la gente quiere todo rápido, pero es imposible aprender bien la técnica yendo rápido.

-Cada ejercicio que hacemos tiene un propósito. Cada ejercicio tiene una manera correcta de ser ejecutado. Hay que conocer ese propósito; hay que respetar esa manera correcta. Las rutinas de la vida cotidiana y el trabajo hacen que el cuerpo tienda a flexionarse. Con el paso de los años eso genera una espalda encorvada, mala postura y todo tipo de dolores y molestias. Por eso es tan importante este ejercicio –el Maestro muestra “Abrir la ventana”-, pues nos ayuda a corregir cualquier mala postura en la columna vertebral.

-El aspecto marcial muy importante, pero ¿cuál es el espíritu con el que practicamos el arte marcial? Practicamos ante todo con amor y con la mente limpia. No hay en nuestra mente deseo de lastimar al otro. Aprendemos y practicamos bien la técnica marcial, pero no salimos a la calle buscar problemas. El aspecto marcial y el aspecto espiritual van juntos; no se puede dar más importancia a uno en detrimento del otro. Si hay crecimiento, deben crecer ambos aspectos al mismo tiempo. Practicamos arte marcial para ayudar a los demás. Practicamos arte marcial para tener más fe en uno mismo. Cuando uno tiene confianza en sí mismo y la mente en paz, puede enfrentar y resolver casi cualquier conflicto sin violencia física.

-Esta práctica hace que el cuerpo y la mente se fortalezcan juntos. Cuando el cuerpo se fortalece uno se siente más valiente. Cuando la mente se fortalece uno tiene más inteligencia. Valentía e inteligencia deben crecer juntos. Tener mucha valentía y poca inteligencia, no es muy bueno. Tampoco lo es tener mucha inteligencia y poca valentía.

-Cuando el alumno viene a la clase debe venir a practicar con concentración. No sirve de mucho traer el cuerpo pero dejar la mente en casa o en otro sitio. También es importante estar relajado. Muchas veces les dije que es importante respirar profundo y no deshacerse del aire inmediatamente. Eso es para que el organismo pueda aprovechar más el oxígeno respirado. Pero no significa que haya que “aguantar” la respiración. Si la respiración se convierte en un acto forzado se pierde la relajación. Lo que buscamos es respirar profunda y naturalmente, acompañando el movimiento de manera relajada.

-Este es un estilo interno. Hacemos ciertos movimientos, pero la clave no está únicamente en el aspecto externo del movimiento sino también en lo que pasa por dentro con la estructura corporal y con la mente. Por eso esto que hacemos es distinto a cualquier deporte. Conozco la historia de un señor que tenía el hábito de ir y volver del trabajo corriendo. Todos los días corría 50 minutos rumbo al trabajo y luego otros 50 minutos de regreso a casa. Un día tuvo un paro cardíaco en el camino y se murió. Durante la biopsia se descubrió que a pesar de tener un cuerpo delgado, su corazón estaba lleno de grasa. ¿Por qué le ocurrió eso? Porque al correr respiraba mal. Por eso es tan importante aprender a respirar bien y poner mucha atención en los detalles pequeños de la técnica.

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Resumen de las palabras del Maestro Chao Piao Sheng durante la clase del 5 de octubre de 2013.  Se prohibe la reproducción total o parcial de este texto sin previa autorización del autor.