-El domingo pasado estuvimos en el Barrio Chino-dijo el Maestro-, junto con los voluntarios de la Fundación Tzu Chi, recolectando ayuda para los sobrevivientes del tifón en Filipinas. Junto conmigo estuvo Miguel. Me acompañó y solicitó ayuda a la gente que paseaba por la calle. El no me dijo que iba a venir; se apareció sin que yo lo esperara. Pido un aplauso para él.

-Para mí fue una gran satisfacción participar de esa jornada-dijo Miguel-. Poder ayudar en esta causa tan noble y ver cómo la gente se entusiasmaba y trataba de colaborar, cada uno en la medida de sus posibilidades.

-Algunas personas donaban poco dinero y otras donaban más, pero lo importante de esta iniciativa no es la recaudación de dinero, sino dar la oportunidad de que la gente exprese en acción su buen corazón, su deseo de ayudar al prójimo que está sufriendo. Sin importar la suma, la persona que saca de su bolsillo una moneda pequeña o un billete grande para meterlo en la alcancía de la Fundación, en ese instante está ocupando su mente con un pensamiento de compasión y de amor al prójimo. Eso es lo realmente valioso.

-Algunos dicen: “Filipinas queda muy lejos”. Nosotros tenemos una frase para eso: “La Tierra es mi pueblo”. Todos somos vecinos del mismo pueblo; no importa la distancia que nos separe. Esta vez le tocó sufrir a la gente de Filipinas, que se vio azotada por vientos de más de 300 km/h.

-Otros dicen: “Filipinas está pagando su karma”. Puede ser que sea así, pero todos en este mundo tenemos un karma. Las catástrofes naturales son una expresión del malestar del planeta, que cansado de tanto abuso y explotación, está protestando. Hoy fue en Filipinas, mañana puede ser en cualquier otro sitio.

-Decía que lo importante de la colecta de ayuda no es el monto recaudado, sino la intención de la gente que brinda su ayuda. Además, es más importante el trabajo voluntario, que el dinero que se pueda donar. La voluntad que mueve a una persona a dejar de lado asuntos personales para dedicar parte de su tiempo y de su energía a ayudar a otros es mucho más meritoria que una gran suma de dinero.

-No es la primera vez que hablamos de la voluntad y su enorme importancia. Es la voluntad la fuerza que nos impulsa a conseguir lo que nos proponemos. Podemos tener grandes ideas, ambiciosos proyectos, pero si nos quedamos tirados en la cama pensando en ellos, jamás se harán realidad. Los deseos, los proyectos se materializan a través de la práctica. Y el motor de la práctica es la voluntad, que nos saca de la cama y nos pone en acción.

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Resumen de las palabras del Maestro Chao Piao Sheng durante la clase del 30 de noviembre de 2013.  Se prohibe la reproducción total o parcial de este texto sin previa autorización del autor.