Causa y efecto

Feb 3rd, 2014 | By | Category: Charlas con el Maestro

-El propósito de mi enseñanza es que el alumno aprenda bien –dijo el Maestro-, para que no pierda su tiempo. Ustedes pueden leer lo que digo en nuestra página de internet y pensar al respecto y luego practicar. Lo que yo digo no es algo que se escuche muy seguido, por eso es importante repetirlo varias veces. Es lo mismo que cuando aprendemos un movimiento nuevo en la forma; hay que repetirlo muchas veces para empezar a entenderlo. Con las ideas es igual. Hay que leerlas muchas veces hasta acostumbrarse a ellas.

-Por eso nuestra escuela es distinta a otras. Acá las cosas no se aprender rápido. Aprendemos para aplicar el conocimiento en todos los ámbitos de la vida; de esta vida y de las siguientes.

-Si uno aprende hasta cierto nivel, ¿en la vida siguiente se empieza desde ese nivel alcanzado en la anterior? –preguntó Eugenio.

-Claro. Recuerdan que siempre les digo de aprender de la Naturaleza. Si el practicante  penetra en la Naturaleza, se vuelve uno con ella y empieza a funcionar en sincronía con la Naturaleza.

-En la ciudad, con tanto cemento y contaminación, se vuelve difícil conectarse con la Naturaleza –dijo un alumno.

-Hace poco Hernán mencionó el hecho de que en la Argentina se han eliminado millones de hectáreas de bosques con el propósito de sembrar soja. Este tipo de acciones generan grandes desequilibrios en el delicado sistema natural que hace posible la vida en el planeta. A través de nuestra actividad, los humanos generamos dióxido de carbono. Los árboles toman ese gas nocivo para los humanos y generan oxígeno, que necesitamos para vivir. ¿Qué creen que va a pasar si eliminamos los árboles? ¿Cómo vamos a vivir sin aire para respirar? Los humanos generamos el gas que los árboles necesitan; los árboles generan el gas que necesitamos los humanos. Humanos y árboles somos parte de un perfecto equilibrio natural que estamos rompiendo.

-La gente no presta atención a su responsabilidad personal y social en el deterioro del medio ambiente. La mayoría ve a la Naturaleza como algo que siempre estuvo y siempre estará y que no se ve afectada por sus acciones.

-La Naturaleza busca siempre restaurar el equilibrio. Si los humanos no abusáramos de los recursos naturales, la Naturaleza siempre nos brindaría aquello que necesitamos en cada momento.

-Tomar conciencia del deterioro del ecosistema es importante. Pero con la preocupación no alcanza. Lamentarse “ay, ¿qué será de nosotros si la contaminación avanza?” no sirve de nada. Hay que actuar; hay que ser responsables. Tomar las medidas necesarias para disminuir la contaminación en la vida personal, familiar y, si es posible, comunitaria. Al actuar de manera correcta, se disuelve la preocupación.

-Estas cosas no me las enseñó mi maestro. El me enseñó en profundidad artes marciales, taichi chuan, hsing-i chuan y pakua chang. Lo demás lo aprendí de la Naturaleza durante mi práctica personal. Mi deseo es que las próximas generaciones de alumnos puedan profundizar este camino con su experiencia personal; que no se limiten a copiar, sino que sean capaces de descubrir cosas nuevas. Pero, atención, las cosas nuevas tienen que ser cosas correctas, tener una buena explicación y buenas para la salud. Si lo nuevo es peor que lo viejo, no conviene innovar.

-Maestro, me gustaría que me explique por qué saludamos al árbol al comenzar la clase – dijo Eugenio.

-El árbol alrededor del cual practicamos no sólo nos brinda oxígeno; también nos da sombra durante los días calurosos. Le agradecemos por las cosas valiosas que nos da y, a través de él, agradecemos a toda la Naturaleza. Además, ese es un árbol de más de cien años; es un árbol santo.

-Los árboles tienen espíritu y son sensibles a nuestra energía. Las máquinas también son sensibles a la manera en que las tratamos. Hace poco tuve un problema con el aire acondicionado de mi auto; no funcionaba. Fui a ver al mecánico y estaba muy ocupado para atenderme. Entonces, yo me concentré en mi auto y en el amor que siento por él y el problema se resolvió; empezó a funcionar. Mucha gente cree que las máquinas no sienten, que en cuanto tienen algún problema hay que tirarlas a la basura. No es así.

-Si la máquina funciona, tiene vida. Y es sensible al trato que le damos. Si le hacemos mantenimiento, si la limpiamos, si le agradecemos por los servicios que nos brinda, si la queremos, la máquina responde. Pero atención, esta capacidad de interactuar con las máquinas se da sólo entre uno y sus propios aparatos; no funciona con las máquinas ajenas.

-Estas cosas que les cuento pueden parecer fuera de lo común, pero no son casualidad. Son producto de una causalidad, son consecuencia de cosas que yo hice previamente. Por eso hay que estar atento a las cosas que uno está pensando y haciendo en el presente, porque generarán consecuencias en el futuro. No es cuestión de practicar una o dos horas con buena concentración y el resto del día hacer cualquier cosa sin prestar atención. Hay que mantener la atención cada instante, durante todo el día. Esto no significa agotar la mente. Cuando uno piensa de manera positiva la mente no necesita “descansar”. Cuando la mente piensa en positivo, se hace uno con la Naturaleza y la Naturaleza funciona todo el tiempo. El sol nunca descansa; trabaja todos los días y no se cansa ni se toma vacaciones. Cuando la mente se acostumbra a pensar en negativo, se agota y necesita descansar.

-Me encuentro con gente que me dice: “Si yo hago todo bien ¿por qué me pasa lo que me pasa?” Todos recogemos los frutos de nuestra siembra anterior. Si no cuidamos el cultivo, seguramente vamos a tener una cosecha pobre o mala. Si sembramos manzanas ¿cómo puede ser que esperemos recoger peras? ¿En qué estábamos pensando cuando pusimos las semillas?

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Resumen de las palabras del Maestro Chao Piao Sheng durante la clase del 1º de febrero de 2014.  Se prohibe la reproducción total o parcial de este texto sin previa autorización del autor.

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