Pedir y dar

Feb 11th, 2014 | By | Category: Charlas con el Maestro

-Ayer llovió mucho en la ciudad –dijo el Maestro-. En casos así, conviene que todos recitemos el mantra “nan mo a mi tuo foo”, con las manos juntas a la altura del corazón,  pidiendo al Cielo que por favor no llueva tanto para que la tierra tenga tiempo de absorber el agua y no haya inundaciones. No pedir que se detenga la lluvia, sino que sea un poco más suave.

-La eficacia de este mantra depende del hábito que tenga la persona que lo recita. Si uno recién lo aprendió y hace poco que lo recita, no tendrá gran efecto. Pero si uno hace varios años que recita el mantra todos los días, varias veces al día, tendrá más efecto. Cuando tengan más años de práctica van a comprender que esto funciona así como les digo. Este mantra encierra un enorme poder y sólo lo descubre aquel que lo recita cotidianamente.

-Pero atención, no se trata únicamente de recitar el mantra pidiendo ayuda al Cielo. Uno tiene que realizar buenas acciones. Si uno sólo pide pero nunca da, la ecuación no funciona. Por ejemplo, podemos pedir que la lluvia no sea tan fuerte para que no haya inundación, pero al mismo tiempo, todos los días tenemos que actuar en la medida de nuestras posibilidades para mantener la limpieza de nuestras calles que, al estar llenas de basura, se inundan fácilmente.

-Hace un tiempo Daniel Fresno me contó algo que le pasó. Estaba charlando con otra persona mientras caminaban por la calle. Esta persona hablaba sobre ecología y sobre los desastres que las grandes corporaciones provocan en el medio ambiente. De pronto, saca un caramelo del bolsillo, lo desenvuelve para metérselo en la boca, tira el envoltorio al piso y sigue hablando sobre ecología. La actitud de esta persona parece decir: “todos los demás se comportan mal, menos yo”. Por eso es importante, además de pedir, ser concientes de las propias acciones y actuar uno mismo de manera correcta. No sirve de nada pedir soluciones al Cielo y en la vida cotidiana seguir manteniendo conductas que objetivamente generan más problemas.

-Por eso, nuestra práctica debe ser completa. Siempre hablamos de la práctica espiritual, pero ¿en qué consiste la práctica espiritual? No se trata solo de rezar o encender sahumerios. La práctica espiritual implica llevar a la acción la misericordia y la compasión hacia todos los seres. Sabemos, por ejemplo, que nuestra sociedad genera demasiada basura, que está provocando desequilibrios en todo el ecosistema. Pues entonces, pondremos la atención en todo las acciones personales que puedan ayudar a generar menos basura. Por ejemplo, consumir lo necesario, llevar nuestras propias bolsas al ir de compras, separar la basura, aumentar la vida útil de los objetos, etc. Son muchas las cosas que cada uno de nosotros puede hacer.

-A través de nuestras acciones podemos ayudar a recuperar el equilibrio perdido de la Naturaleza o podemos profundizarlo aún más. ¿Por qué nos enfermamos? Porque se produce un desequilibrio en el sistema natural que es nuestro cuerpo. El planeta está perdiendo su equilibrio natural y aparecen los problemas, que sufrimos todos los seres vivos. Los humanos llevamos la peor parte, porque los animales se dan cuenta cuando está por venir una catástrofe natural y buscan refugio, pero nosotros no. Los humanos somos los que más dañamos a la Naturaleza y somos los que más sufrimos las consecuencias.

-Nuestra práctica, a través de la concentración, nos permite comprender cada día más la Naturaleza. De esa manera, el practicante se vuelve uno con la Naturaleza, como una gota de agua en el mar. Al ser uno con la Naturaleza podemos comprender lo que nos pasa y todo lo que nos rodea. Eso sean alumnos más avanzados lo van a comprender.

-En el consultorio veo a los pacientes sufrir sin comprender por qué les pasa lo que les pasa. Eso, además del sufrimiento, les provoca tristeza y depresión. Tuve un paciente que había trabajado en un oficio durante 27 años. Cambió de empleador, pero continuó haciendo la misma tarea que venía haciendo hace tanto tiempo, pero ese cambio le provocaba muchos nervios. Yo le decía que tiene que aprovechar el nuevo lugar para aprender cosas nuevas; no darse por vencido, seguir luchando aprovechando toda la experiencia cosechada en su anterior empleo.

-Cuando estaba haciendo el servicio militar un amigo me invitó a ir a una gran pileta de natación. Yo no sé nadar muy bien y me metí al agua pensando que la pileta no era muy profunda. De pronto me doy cuenta que no puedo hacer pie. Empiezo a hundirme y trato de subir para respirar, pero no puedo. Me doy cuenta de que lo mejor sería ir hasta el fondo e impulsarme hacia arriba. Hago eso y logra sacar la cabeza del agua para respirar y acercarme hasta el borde. Les cuento esto para explicar que ante las dificultades no hay que aflojar; hay que seguir luchando, tal vez buscando caminos diferentes, pero sin dejar de luchar.

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Resumen de las palabras del Maestro Chao Piao Sheng durante la clase del 8  de febrero de 2014.  Se prohibe la reproducción total o parcial de este texto sin previa autorización del autor.

 

One comment
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  1. Muy buenas las reflexiones del maestro Chao. Siempre ingreso a la página a leerlas y me ayudan a entender muchas cosas. Gracias maestro.

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