Una hoja del árbol sagrado

Mar 1st, 2014 | By | Category: Charlas con el Maestro

-En Taiwan la Fundación Tzu Chi tiene una universidad –dijo el Maestro-. Una de las docentes de esa universidad es una escritora muy famosa, dueña de una gran erudición y muchos títulos doctorales. Una vez, la Maestra Cheng Jen la invitó a participar del trabajo voluntario que realiza la Fundación. La profesora aceptó y se convirtió en voluntaria. Durante su experiencia como voluntaria aprendió un montón de cosas que nunca le habían enseñado en las universidades donde estudió. Se dio de cuántas cosas tenía aún por aprender.

-La Maestra Cheng Jen suele hablar de la “universidad de la sociedad”, refiriéndose a que se puede aprender mucho entrando en contacto con la gente y los problemas sociales. En las universidades se aprenden ideas y teorías, pero al entrar en contacto con la gente se aprende otras cosas nuevas. En el trabajo grupal se aprenden destrezas que en la teoría es imposible de aprender. La profesora entendió que en los libros no se aprende todo; que es fundamental la práctica además de la teoría.

-La profesora aprendió de qué manera interactuar con los demás, cómo hablar con la gente para transmitir adecuadamente sus ideas, qué actitud corporal adoptar, cómo actuar y al mismo tiempo respetar los preceptos budistas. Todo lo que aprendió la profesora tenía relación con los pequeños detalles y la concentración mental en todo momento.

-Lo mismo hacemos nosotros durante nuestra práctica. Ponemos toda nuestra concentración en los más pequeños detalles de lo que hacemos y ese entrenamiento nos permite luego resolver infinidad de situaciones en la vida cotidiana. No es que la práctica se termina al terminar la clase de taichi chuan. La práctica continúa durante todo el día, en todo momento, todos los días.

-Los detalles pequeños son muy importantes, aunque la gente suele menospreciarlos. Recuerdo que hace muchos años, en la época de la convertibilidad, se hizo una reunión de consorcio en el edificio donde funciona mi consultorio. Se discutía si debíamos recurrir a los servicios de una administradora de consorcios o si, por el contrario, nos arreglábamos entre los pocos vecinos del edificio. Administrarnos por nuestra cuenta tenía un costo de $ 20.-, pero si recurríamos a un administrador externo, el costo era de $ 100.-, que por ese entonces, equivalía a 100 dólares. Uno de los vecinos, partidario de la administración externa, argumentaba así: “no es mucho lo que hay que pagar…sólo 100 pesitos”. ¿Cómo “pesitos”? Si uno descuida sus gastos en todas las áreas la suma de los “pesitos” que se gastan de más resulta enorme. Lo que parece pequeño tiene una gran importancia. Hay que cuidar hasta las más pequeñas monedas.

-Cuando practicamos también nos concentramos en las cosas más pequeñas y esa capacidad de afinar la concentración luego la aplicamos en todas las áreas de la vida.

-Ahora me gustaría que Luis nos cuente de su viaje a la India.

-Fui a la India y Nepal con mi novia, que es profesora de yoga –dijo Luis-. Estuvo muy bueno. Nepal es bellísimo y su gente es muy buena; también es muy limpio en comparación con India. En la India nos llamó la atención el ruido y la manera suicida en que manejan los autos. Una noche íbamos en taxi por una autopista. Había mucha niebla y de pronto vemos venir un camión con las luces apagadas a contramano, hacia nosotros. El chofer lo esquivó y se río como si eso fuera algo habitual.

-Donde más tiempo estuvimos fue en Bodhgaya, el lugar donde el Buda se iluminó. Es un sitio muy lindo a dónde van budistas de todo el mundo. Pudimos meditar bajo el árbol, que es un retoño del árbol bajo el cual el Buda alcanzó la iluminación. Ahí sentimos realmente la espiritualidad del lugar, sentimos que la gente estaba rezando con devoción auténtica. En ese lugar pensé mucho en usted, Maestro. Estando bajo el árbol sagrado, yo le pedí que me de una hoja. Me puse a meditar y al rato, cayó un trozo de corteza. Agradecí al árbol y seguí meditando. Poco después cayó una hoja al lado mío. Antes de que pudiera tomarla, un monje la recogió del suelo y me la dio amablemente. Esa hoja la traje para dársela a usted, Maestro.

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Luis Beltrán y el Maestro Chao

 

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Resumen de las palabras del Maestro Chao Piao Sheng durante la clase del 1º  de marzo de 2014.  Se prohíbe la reproducción total o parcial de este texto sin previa autorización del autor.

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