Sólo aquí y ahora

Abr 20th, 2014 | By | Category: Charlas con el Maestro

-Hace pocos días apareció una noticia muy llamativa –dijo el Maestro-. Los científicos descubrieron la existencia de un planeta con condiciones muy parecidas a las del nuestro.

-A una distancia de 500 años luz –dije yo.

-Existen varios planetas parecidos a la Tierra, con suelos aptos para el cultivo, pero que no están al nivel de los humanos; no podemos acceder aún a esos lugares. Hay planetas con un nivel más bajo y otros con un nivel más alto respecto al nivel en que nos movemos los humanos. En ninguno de esos planetas existen los recursos abundantes que tenemos acá. Por eso, cuando la Ciencia descubre la existencia de otros mundos habitables, hay que ser prudentes. Algunos pueden pensar: “bueno, podemos terminar de arruinar este planeta, porque llegado el caso, podemos irnos a vivir a otro”.

-Las cosas no son así. Para poder acceder a otros planetas hay que estar al nivel de ese planeta, de lo contrario es imposible. Si queremos sobrevivir, tenemos que detener el proceso de destrucción del medio ambiente de nuestro planeta. No hay posibilidades de continuar la civilización humana en otro sitio. Si no logramos detener este proceso autodestructivo, la vida humana desaparecerá, como seguramente ocurrió en otras épocas. El planeta se tomará su tiempo para descansar, restaurar su equilibrio,  sanarse y luego comenzará un nuevo ciclo de vida, desde organismos elementales hasta seres más evolucionados.

-Lo que dice el Maestro es cierto –dijo Gustavo-. Yo hace muchos años que practico chi kong con él y descubrí a través de la práctica una pequeña parte de lo que el Maestro ha avanzado. Hay otras galaxias, pero sólo podemos descubrirlas a través de la práctica, acá en este mundo. Lo descubrí yo y también otros compañeros de práctica como Daniel, pero esto sólo es posible siguiendo paso a paso el método de chi kong del Maestro. Estoy muy agradecido de que me haya enseñado este método, sin el cual nunca hubiera podido llegar a dónde estoy hoy. Todo esto pasa desapercibido, porque uno lo mira y el Maestro parece una persona común y nadie se imagina los niveles a los que ha llegado. Yo soy una semillita que está aprendiendo, cada día con más ganas. Al principio me costó aceptar las cosas que el Maestro me decía, pero luego, a través de la práctica empecé a descubrir esas cosas por mi cuenta y cada vez estoy más entusiasmado. La Tierra es un sitio perfecto porque existe el yin y el yang y así podemos alcanzar la iluminación. En otro planeta eso es imposible.

-Es muy interesante la experiencia que cuenta Gustavo-dije yo-. Nos habla de la posibilidad de trascender el plano físico en el que nos movemos cotidianamente y poder acceder a planos diferentes, a mundos distintos al nuestro. Tuve la suerte de encontrar al Maestro y aprender su método, que me permite explorar realidades totalmente nuevas y que jamás imaginé. Siguiendo su consejo, estoy dejando por escrito, y también con gráficos, todo lo que descubrí en estos viajes astrales. La enseñanza más valiosa que obtuve al explorar otros planos astrales es que sólo acá, en nuestro mundo, podemos avanzar, aprender y perfeccionarnos. Sólo acá tenemos un cuerpo físico lleno de posibilidades; sólo acá tenemos las dificultades que nos impulsan a luchar para sobrevivir, fortalecernos y evolucionar.

-En esos planos astrales de los que hablan ¿hay cuerpo físico o son todos cuerpos sutiles? –preguntó María.

-Depende de cada lugar –dijo el Maestro-. Hay sitios donde las almas descansan en silencio. En otros sitios, los cuerpos pagan su karma con sufrimiento. Pero en ningún plano existe la libertad y la potencialidad que tenemos en este. Somos como una piedra preciosa en bruto, como el jade. Este mundo es el sitio donde podemos pulir nuestras limitaciones. Las dificultades, el sufrimiento de la vida concreta, es la lija que va puliéndonos hasta convertirnos en una joya luminosa. Por eso es importante en la vida el saber aguantar las adversidades y no aflojar. Cuando hablo de “aguantar” no me refiero a soportar los golpes hasta quedar agotado y lleno de angustia, con la idea de que la adversidad es un castigo sin sentido. Cuando digo “aguantar” me refiero a entender que la dificultad es una oportunidad para aprender y hacernos más fuertes. Con esa mentalidad aceptamos la dificultad y nos mantenemos firmes para sobrellevarla. En este mundo debemos practicar con ese espíritu.

-Por eso una vez les dije que tenemos que estar agradecidos de las adversidades que nos toca enfrentar. Les dije que si alguien les decía algo feo o insultante ustedes pueden responder. “Gracias; gracias por ayudarme a limpiar mi karma”.

El Maestro tomó una pequeña piedra del piso y dijo:

-Imaginen que esta piedra en mi mano es una piedra preciosa en bruto. Está sola y yo la hago rodar por mi mano de un lado a otro sin que se produzca ningún cambio. Ahora yo tomo dos o tres piedras más y las sacudo entre mis dos manos. El choque y el rozamiento que se produce entre ellas las irá puliendo hasta dejarlas brillantes y luminosas. Nosotros somos como esa piedra. En soledad y aislamiento no podemos pulirnos y siempre permanecemos en bruto. La interacción con los demás, las dificultades de la vida, nos permiten crecer y alcanzar niveles más altos.

………………………………………

Resumen de las palabras del Maestro Chao Piao Sheng durante la clase del 19  de abril de 2014.  Se prohíbe la reproducción total o parcial de este texto sin previa autorización del autor.

Deje su comentario