La semana pasada hablamos sobre no dejar las cosas para cuando seamos viejos –dijo el Maestro- Hablamos sobre el festejo del cumpleaños. La gente festeja el cumplir un año más, sin pensar que eso significa tener un año menos de vida. Si la gente pensara que cada cumpleaños significa un año menos de vida, seguramente no festejaría; se sentiría triste.

-En el Tibet hay un monje que cada cumpleaños festeja el tener un año menos. ¿Por qué se pone contento el monje?

-Porque está más cerca de desencarnar- dijo Hernán.

-Cuando la persona está bien preparada no tiene miedo de llegar al final de la vida. Sabe que el cuerpo en este mundo es para practicar y para aprender. Poca gente comprende esto. La mayoría cree que el propósito de la vida es únicamente divertirse y disfrutar. Por eso hay tanto miedo y angustia cuando se piensa en el momento de la partida.

-Había un monje que padecía una enfermedad terminal. El médico le dijo que le quedaban tres meses de vida. El monje no se angustió porque estaba preparado para partir en cualquier momento, sin temor, contento y conforme con la vida vivida.

-Morir contento y conforme es la mejor manera de continuar luego en un lugar mejor. En cambio, si uno muere con miedo, es más vulnerable a los demonios que suelen acechar en esos momentos decisivos. Los demonios se fortalecen ante el miedo, pero se asustan y huyen cuando uno los enfrenta con decisión.

-Por eso es muy importante prepararse para el momento de la partida. Pero ¿cómo prepararse? Es muy fácil decirlo, pero ¿cómo se prepara uno para la muerte? ¿Por dónde empezar?

-Ustedes son alumnos nuevos. Deben saber que nuestro estilo tiene muchos detalles pequeños que hay que conocer y respetar. El poner concentración en los detalles pequeños y practicar en función de ellos es el comienzo de la preparación que mencionábamos recién. De esta manera el practicante entra en contacto con su dios interno. A través de esta práctica uno empieza a escuchar la voz de su dios interno y ya no necesita buscar ayuda afuera. Ya no hace falta pedirle a Dios, a los santos o a Buda, porque uno ha descubierto su voz interior.

-Creo que me bajó la presión; necesito sentarme –dijo Mariana, una de las alumnas nuevas. Ayudamos a Mariana a sentarse en un banco y el Maestro le dijo:

-Respire por la nariz, suavemente. Trate de llevar el aire al cerebro y no lo largue de inmediato. Deje salir el aire por la nariz sin llegar a vaciarse y vuelva a inspirar.

-Como les decía, para estar preparados hay que practicar con disciplina, paciencia y concentración. Hay que obligarse a practicar todos los días y no pensar en términos de “esto me gusta o esto no me gusta”. Debemos aprovechar el tiempo y practicar ahora, si no ¿cuándo vamos a hacerlo? ¿Más adelante? ¿Y si no hay “más adelante”?

-Les digo esto para que entiendan la importancia de la práctica. Muchas personas dicen que es importante pensar en positivo. Pero con pensar en positivo las cosas no cambian. Los cambios se producen cuando el pensamiento positivo se transforma en acción positiva, en práctica. Si no hay acción, no queda grabado en el cuerpo y no se produce efecto alguno. En cambio, con el pensamiento negativo, no hace falta pasar a la acción. El pensamiento negativo de por sí ya genera efectos negativos inmediatos. Sólo el pensamiento positivo exige de la acción para manifestarse y provocar efectos positivos. Recuerden estas palabras.

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Resumen de las palabras del Maestro Chao Piao Sheng durante la clase del 17  de mayo de 2014.  Se prohíbe la reproducción total o parcial de este texto sin previa autorización del autor.