– La semana pasada hablamos sobre la casualidad y la causalidad –dijo el Maestro-. Si alguien dispara su flecha y da justo en el centro, no es casualidad; es a causa de su entrenamiento en el arte de la arquería. Lo mismo ocurre con nuestra práctica. Hasta ahora nadie hace los ejercicios exactamente como hay que hacerlos, y eso tampoco es casualidad. La casualidad no existe. Sólo hay causalidad.

– Los que recién empiezan y varios antiguos también tienen problemas para realizar los movimientos correctamente. Esto es por falta de concentración. Si uno es nuevo y quiere copiar un movimiento que nunca vio, lo primero que debe hacer es buscar el centro del movimiento. El centro es de donde van a surgir los demás movimientos.

– Si uno desea escribir un ideograma chino tiene que hacerlo de la manera correcta. Hay un sitio dónde debe empezar el trazo y desde allí salen los demás trazos. Desde el primer trazo hasta el último, todos están relacionados y encadenados de una manera precisa. Antiguamente la gente que quería hacer caligrafía debía fabricar su propia tinta. Hoy la tinta se compra hecha. Así se va perdiendo la relación entre las cosas. Hoy el conocimiento está compartimentado y cada persona se especializa en un área y no sabe mucho sobre el resto del mundo. Está todo separado. A nivel corporal, esta separación se manifiesta cuando la mente no es capaz de hacer que el cuerpo realice un movimiento simple.

– En nuestro estilo tratamos de hacer las cosas de manera completa. Cuando movemos un brazo, todo el cuerpo se mueve, no sólo el brazo. Todo el cuerpo se mueve al mismo tiempo, empieza y termina el movimiento al mismo tiempo, todo junto, todo unido. Para hacer los movimientos de manera completa, primero tenemos que ubicar el centro, el origen del movimiento. Ese centro es la cadera, más precisamente, la cadera derecha y la izquierda. ¿Por qué no ubicamos el origen del movimiento en el tan tien? Imaginen que tienen un palo apoyado sobre un dedo. El dedo está justo en el centro del palo, sosteniéndolo en perfecto equilibrio. En esa situación no hay movimiento. Para que haya movimiento hay que aplicar fuerza un poco por fuera del centro. Eso puntos son las dos caderas.

– Hace poco leía mi diario personal. Revisaba cosas que dije en la plaza tiempo atrás y me doy cuenta de que todavía hace falta repetirlas porque no fueron aprendidas. Cuando les hablaba sobre la necesidad de mover ambos brazos en cualquier técnica les daba el ejemplo de la natación. Cuando uno quiere nadar debe mover ambos brazos; no se puede nadar con un solo brazo. Cuando hacemos taichi chuan también, si un brazo golpea o empuja, el otro acompaña el movimiento, no se queda quieto.

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Resumen de las palabras del Maestro Chao Piao Sheng durante la clase del 11 de octubre de 2014.  Se prohíbe la reproducción total o parcial de este texto sin previa autorización del autor.