Este sábado se incorporaron a la clase nuevos alumnos. El Maestro dijo:

– A los principiantes siempre les aconsejo pararse detrás mío para que miren bien y luego traten de copiar los movimientos. Tanto al mirar como al practicar hay que estar bien concentrado. Cuando nos movemos, movemos todo el cuerpo en su totalidad y como una unidad; no se mueven los brazos solos, no se mueven las manos solas.

-Cuando hacemos un ejercicio con, por ejemplo, la pierna derecha adelante, todos tienen que tener esa pierna adelante. No sólo es importante la coordinación del propio cuerpo como una unidad, también es importante que el grupo se mueva como una unidad.

-Este entrenamiento de la concentración no sólo ayuda en la práctica física; es útil en cualquier actividad. La concentración nos permite captar los detalles pequeños de cualquier situación y lugar. Practicamos el taichi chuan, no solo como un arte marcial, sino también como un arte que nos ayuda a mejorar la vida en todos sus aspectos. Cuando avancen en la práctica van a comprender de qué estoy hablando. Podrán entender para qué vinieron a este mundo y cuál es su misión acá.

-Los que no conocen su misión en la vida no viven tranquilos y de noche les cuesta dormir. Sufren al sentir que su vida está vacía y sin sentido. Nuestra práctica nos ayuda a comprender el sentido de nuestra existencia y. por lo tanto, a mejorar nuestra calidad de vida.

-La falta de sentido en la vida provoca además miedo a la muerte. Este miedo no es bueno porque si al momento de morir se siente miedo es difícil encontrar luego el buen camino. Es muy importante conocer la propia misión porque nos da seguridad en nosotros mismos y nos permite planear nuestra vida de manera correcta.

-Nuestra escuela tiene una técnica marcial muy buena y completa, pero no nos interesa participar en competencias. Creemos que la principal lucha es con uno mismo. El que se prepara para la competencia con otros prepara su mente de una manera equivocada. Ante cualquier problema que surja en la vida, lo afrontamos desde esta postura: está en mí la causa y la solución de este problema.

-Esta semana vino una paciente de la Patagonia para hacer tratamiento. Me decía que en su casa vive sola, pero que a veces vienen de visita sus 4 hijos y 7 nietos y que son demasiados. Yo le pregunté cuál sería la cantidad de gente justa. Cuando no hay nadie, uno se siente solo. Cuando hay otro, surgen las discusiones por diferentes puntos de vista. ¿Cuándo uno va a estar conforme? No se puede vivir la vida así. Hay que aprender a aceptar todas las cosas que vienen a nuestra vida.

-Una vez estuve de visita en Cerro Negro, provincia de Córdoba, en la casa de unos amigos que viven allí. Es un sitio muy lindo y muy tranquilo. Una vez estábamos con mis anfitriones comiendo pizza en la terminal de ómnibus de Villa María, un sitio muy ruidoso y lleno de gente, y alguien dijo: “no se aguanta este ruido”. Yo le dije que si hay ruido o no hay ruido, es lo mismo. Uno podría sentarse a meditar en cualquier lugar sin importar estas cuestiones. El ruido o el silencio existe y no lo podemos negar, pero no dejamos que atrape nuestra atención.

-¿Para qué luchar y rechazar lo que nos llega? Esa lucha es peor para nosotros porque distrae nuestra atención. Siempre vamos a cruzarnos con otra gente, con las cosas que dice y hace otra gente, pero la vida es así. ¿Se imaginan vivir solos; ser los únicos humanos? Tendríamos que conseguir el agua, el alimento, el abrigo y la vivienda nosotros mismos, como si fuéramos náufragos.

-Nunca escuché gente que diga que está conforme con su vida. Es importante comprender que este mundo es un sitio para practicar y aprender, no para disfrutar. Si usted logra comprender esto, su vida será más fácil y tranquila.

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Resumen de las palabras del Maestro Chao Piao Sheng durante la clase del 29 de noviembre de 2014.  Se prohíbe la reproducción total o parcial de este texto sin previa autorización del autor.