Luego de los ejercicios del comienzo de la clase, el Maestro y todos los alumnos recitamos el mantra para el padre de Ricardo, que acaba de fallecer. Al terminar, el Maestro dijo:

-Alguna vez les dije que lo importante es actuar de manera correcta. También les dije que no siempre lo que hace la mayoría es lo correcto. Entonces ¿cómo se da cuenta uno de qué es lo correcto? Lo correcto puede aplicarse en cualquier lugar y situación; sirve para todo. Si algo sirve en una situación pero no funciona en otra, eso no es lo correcto.

-Creo que la mayoría de la gente desea aprender y progresar. Pero no todos tienen la voluntad y la paciencia necesaria. Si uno pregunta “¿quién quiere alcanzar el nivel del Buda?”, todos van a decir “yo quiero”. Pero en cuanto se les muestra lo dura que es la práctica que lleva a la budeidad, la mayoría seguramente va a abandonar. “Es muy difícil” dirán. Los alumnos más avanzados pueden confirmar que lo que digo es cierto. Hay que practicar con voluntad, paciencia y concentración en esta vida. Así, la siguiente vida será mejor. Hay que aprovechar el tiempo presente y practicar. Hay que aprovechar la afinidad que tienen con su maestro y aprender bien. Nunca se sabe cuándo volverán a tener una buena afinidad con otro maestro.

-En los tiempos del Buda había un muchacho que quería aprender todos los oficios y ciencias. Estudiaba un poco un oficio y saltaba a otro y a otro y a otro. De esta manera no profundizaba en ninguno y terminó sabiendo nada de muchas cosas. Es muy difícil aprender todo porque no alcanza la vida para aprender tantas disciplinas. ¿Cómo se puede hacer para aprender y comprender el universo? Hay una manera. Se debe empezar por el propio cuerpo. Se debe conocer y gobernar el propio cuerpo. De ahí se pasa a conocer el ámbito que nos rodea. Luego se pasa a conocer el mundo. Y por último, se conocer el Universo. De a poco, progresivamente, escalón por escalón, se puede entender todo.

-Cuando pedimos al Buda ¿qué es lo que le pedimos? Mucha gente, cuando pide al cielo, pide dinero, pide que a otro le vaya mal, pide pareja, etc. Mucha gente pide motivada por la codicia, la envidia o la vanidad, sin pensar en lo que uno mismo está haciendo Nosotros, cuando pedimos al Buda, pedimos protección y fuerza para enfrentar las tareas de la vida. A pesar de que pedimos ayuda al Buda, practicamos para sostenernos a nosotros mismos y poder realizar nuestra misión por nuestra propia fuerza.

-Hablando de fuerza, yo quisiera contar algo, Maestro –dijo Gastón-. Con un amigo trabajamos con unas máquinas muy pesadas, de más de 100 kilos. Estas máquinas tienen un tanque de agua que, como es de plástico, al llenarse se dilata y es difícil ponerle la tapa; hace falta aplicar mucha fuerza. Lo que yo estuve haciendo es aplicar sus enseñanzas de taichi chuan así pude ponerle la tapa al tanque sin tener que hacer tanta fuerza entre tantas personas, como hacíamos antes.

-Muy bien. Poco a poco la práctica va dando sus frutos y uno descubre los propios avances en la vida cotidiana y en el trabajo. Descubre cómo la buena técnica es capaz de suplir a la fuerza bruta. Muy bien, muy bien.

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Resumen de las palabras del Maestro Chao Piao Sheng durante la clase del 15 de noviembre de 2014.  Se prohíbe la reproducción total o parcial de este texto sin previa autorización del autor.