Me pregunto si les pasó alguna vez que cuando el aire del ambiente se mezcla con resentimiento, uno puede sentirse de mal humor. Algunas personas me dijeron alguna vez: “no sé por qué tengo ganas de llorar”. A simple vista es difícil de entender, ya que para comprender realmente el origen hay que estar en contacto con la Naturaleza; la búsqueda de la respuesta en la Naturaleza es la correcta.

Estoy convencido de que cuando no haya más sacrificios animales en los mataderos habrá mucho menos resentimiento. ¿Por qué? Pensamos en la siguiente situación, cuando alguien quiere matarme, mi primera reacción es preguntarme por qué quiere matarme. La segunda es rezar para que no me mate. La tercera reacción es el resentimiento y el miedo. Entonces algunos piden la bendición de Dios, Buda, etc,

Las personas todavía podemos pedir por bendiciones, pero en el caso de los animales es diferente. Se genera directamente el resentimiento y el miedo. El resentimiento genera toxinas en el cuerpo y esto es muy aterrador. Tal vez mucha gente diga que esto no se ve y por lo tanto, no se puede demostrar. Pensemos lo siguiente: cuando ingerimos algo venenoso el cuerpo poco a poco va manifestándolo. Primero puede ser prurito o picazón. Si no se limpian las toxinas se irán acumulando en el interior del cuerpo y provocarán otros síntomas. Lo mismo pasa cuando nos vemos afectados por el resentimiento. Nuestras emociones se van deprimiendo poco a poco, hasta que se siente dolor y ganas de llorar. También hay otros síntomas relacionados con esto que, si tenemos tiempo, más adelante trataremos.

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Fragmento de la charla «Vegetarianismo y su relación con la Naturaleza», del Maestro Chao Piao Sheng durante el VegFest 2014, del 2 de noviembre de 2014.