Cena de fin de año 2014

Dic 17th, 2014 | By | Category: Charlas con el Maestro

-Quería hacerle una pregunta sobre su charla del otro sábado, Maestro –dijo Mirta-. Al leerla me pareció entender que es muy importante encontrar el sentido de la propia vida, porque así se puede superar el miedo a la muerte. Y que aquellos que no conocen el sentido de su vida le tendrán miedo a la muerte. ¿Es esto lo que dijo?

-Sí. Mucha gente tiene miedo a la muerte. Si una persona tuvo una vida marcada por el egoísmo, la codicia, un corazón rencoroso y malos pensamientos, al llegar al final, seguramente sentirá mucho miedo. En cambio, si una persona se da cuenta de cuál es su misión en la vida y actúa al servicio de esa misión, con buenas acciones y pensamientos, esa persona llegará al final de su vida con serenidad. Para una persona así, la muerte es una forma de liberación.

-Muchas veces les conté la historia del anciano monje que, al ir al médico, se entera que le quedan tres meses de vida. “Qué suerte” dice el monje “en tres meses voy a ser libre”. Una persona promedio, al enterarse de que le quedan pocos meses de vida, seguramente se angustiará.

-Por eso siempre insisto sobre la importancia de los detalles pequeños. Al educar la atención en los detalles aprendemos a comprender todos los asuntos de la vida. Empezamos por lo más básico, que es conocer nuestro propio cuerpo. Si logramos a través de la práctica, conocer nuestro cuerpo, podremos luego conocer todo lo que nos rodea.

-Al no conocer la misión en la vida, la persona siente un profundo vacío interior. Si uno conoce su misión en la vida, se pone a trabajar para cumplirla y empieza a notar los avances en ese camino. Eso da una poderosa sensación de plenitud y confianza en uno mismo. Así, no hay miedo a la muerte. El miedo a la muerte aparece con la culpa de haber gastado la vida sin sentido.

-En el Universo hay dos tipos de energías, la positiva y la negativa. Si una persona tiene una mente cargada de pensamientos negativos, la energía negativa buscará estar cerca suyo, tirándolo más hacia abajo. Si uno quiere elevarse necesitará más fuerza. En este mundo lo más fácil es caer; basta con dejarse estar y, sin hacer nada, caeremos. En cambio, para subir, para ponerse de pie, para volar, hace falta energía, fuerza; hace falta luchar. Las cosas no van a mejorar con el simple paso del tiempo. Hay que hacer algo, hay que luchar para mejorar.

-Hace algunos años fui a Uruguay a dar una charla sobre cómo conocerse a uno mismo. Surgió el tema de la vocación en los más jóvenes. ¿Cómo saber cuál es la carrera adecuada para un chico? Lo más importante es averiguar qué cosas le gustan al chico. Tuve un alumno que daba clases de inglés. Un día le llegó un alumno muy difícil. Un chico que aún estaba en la primaria y que era muy inquieto y sin disciplina. Ningún profesor de inglés le había durado más de dos semanas. Mi alumno me preguntó cómo podía hacer y yo le sugerí que averigüe qué cosas le interesaban al chico. Mi alumno había estudiado biología y encontró la manera de acercarse a su alumno a través de las ciencias biológicas. Así logró un vínculo fuerte con el chico y pudo enseñarle inglés.

-Practicamos con disciplina, paciencia y concentración para tener una mejor calidad de vida y también para tener una mejor vida en la próxima reencarnación. Una vez una persona me dijo que deseaba ser perro en su próxima vida. Le pregunté por qué y me dijo que el perro lleva una vida tranquila sin pelearse con nadie. Este pensamiento refleja una clara incomprensión de lo que es ser animal y lo que es ser humano. Si uno es perro y lleva una vida tranquila sin pelearse con nadie, no hay ningún mérito ahí. En cambio, si uno es humano y logra llevar una vida tranquila sin pelearse con nadie, ahí hay un enorme mérito. No conviene desear reencarnar en un animal. Es mejor desear reencarnar como humano y seguir subiendo de nivel hasta lograr la Iluminación.

-Pero ¿qué pasa si uno sólo desea, sin hacer nada para que el deseo se haga realidad? No sólo no avanza sino que además puede caer más bajo aún. El que sólo piensa pero no pasa a la acción, cae en la depresión. Es el caso típico de aquellos que le piden al Cielo un buen trabajo, una relación duradera, un hijo, etc. Y se quedan esperando que el Cielo haga sus milagros y le de todo lo que piden. La gente así pronto cae en una profunda desesperanza y depresión. En Occidente eso es muy común: pensar mucho, hacer poco. Al llegar la noche, la persona no puede conciliar el sueño. En cambio, si uno durante el día lucha con todo por hacer realidad su deseo, al llegar la noche dormirá como un niño.

-Por eso, lo mejor es proponerse un objetivo y actuar para cumplirlo. Una vez cumplido, pensar otro objetivo y actuar. Esta manera, pensar uno y hacer uno, es la mejor para tener una buena vida. La mayoría de la gente piensa cien y no hace ni siquiera uno. Esta manera garantiza una vida de sufrimiento. Siempre les recuerdo lo que me enseñaron en la escuela primaria: no hay que preocuparse por la cosecha; sólo hay que pensar en sembrar ahora las mejores semillas.

-Imaginen que quieren llegar caminando a un sitio que está a 10 cuadras de distancia. Dan el primer paso y se preguntan ¿ya llegué…falta mucho? Ven que aún falta, entonces dan otro paso y vuelven a preguntar ¿cuánto falta? Actuando de esta manera el camino es insoportable. En cambio imaginen que hacen el recorrido concentrados en cada paso que dan, sin pensar en la meta. Actuando de esta manera llegarán a destino y el viaje les habrá parecido breve.

-Mucha gente ni siquiera plantó una semilla y ya está pensando en cuánto va a ganar cuando venda la cosecha. Primero hay que sembrar, conocer, aprender, sin pensar en lo que vamos a ganar con eso. Hay que conocerse a uno mismo y luego conocer al otro.

-En este mundo todo está relacionado con otra cosa. Una moneda sola no hace ruido; necesita de otra moneda para sonar. Todos los asuntos tienen al menos dos lados. Cuando queramos entender una cuestión tendremos que analizarla en todos sus aspectos. Si tomamos en cuanta un solo aspecto, llegaremos a conclusiones equivocadas.

-En la relación con los demás lo mejor es tratar uno mismo de hacer las cosas lo mejor posible, sin esperar nada de los demás. En lugar de esperar que el otro me sirva o me acepte, yo trataré se servir y aceptar. Desgraciadamente la mayoría de la gente espera recibir y nadie está dispuesto a dar. Si la gente estuviera más dispuesta a dar, en la sociedad habría más paz y armonía. Los problemas aparecen por la codicia y el egoísmo.

-Hoy día los chicos están muy nerviosos e inquietos. En parte, esto se debe a que desde antes de nacer son testigos de peleas, discusiones y están expuestos a todo tipo de mala energía. Muchos creen que el bebé en la panza no escucha ni entiende nada. Están equivocados. El bebé en el útero está meditando y escucha y percibe todo lo que piensa, dice y siente la madre y su entorno.

-Nuestra técnica marcial es excelente, pero no buscamos pelearnos ni lastimar a los demás. Usamos todo lo que aprendemos en taichi chuan en nuestra vida cotidiana y eso nos da confianza en nosotros mismos y en nuestra práctica. No buscamos pelear porque aquellos que sólo piensan en pelear luego reencarnan en gallos de pelea.

-En otra época de mi vida hice cosas equivocadas, pero gracias a la práctica fui descubriendo cómo corregir mi error. Por eso enseño a mis alumnos a practicar de manera correcta para que no cometan los mismos errores que yo. Si mi alumno sólo piensa en pelear y lastima a otra persona, después van a venir a quejarse conmigo. Digo esto para que comprendan que la conducta de un alumno repercute sobre su maestro y la reputación de la Escuela. ¿Qué clase de escuela es esa que enseña a sus alumnos a meterse en peleas? Por eso yo estimulo a todos a usar la práctica para mejorar la calidad de su vida y para ayudar a la comunidad.

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Resumen de las palabras del Maestro Chao Piao Sheng durante la cena de fin de año del 5 de diciembre de 2014.  Se prohíbe la reproducción total o parcial de este texto sin previa autorización del autor.

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