-Esta práctica hace que mejore nuestra calidad de vida –dijo el Maestro-. Para empezar, hay que hacer. Si uno no sabe cómo hacer, tiene que aprender. Los humanos necesitamos aprender. Sin educación, los humanos somos como una planta a merced del viento y los animales: puede crecer torcida. En cambio, la educación es como el tutor que ayuda a que la planta crezca sana y derecha. En nuestra vida como humanos necesitamos que otros nos ayuden a crecer derechos.

-Algunas personas se justifican a sí mismas diciendo “yo soy así”. Si uno fuera perfecto, el “soy así” estaría bien. Pero ¿cuánta gente perfecta hay? Estamos en esta vida para aprender, para mejorar y corregir errores. El “yo soy así” significa “no voy a tratar de mejorar; no voy a modificar los aspectos que siempre me llevan a entrar en conflicto con el mundo; yo no voy a cambiar, el mundo tendrá que cambiar, escucharme y aceptarme”.

-Nuestra práctica apunta a lograr la propia transformación. Tratamos de mejorar todos los días un poco. Por eso dedicamos tanta atención a los detalles pequeños, porque al enfocar nuestra atención en los detalles, logramos cambios internos profundos.

-Si tenemos alguna costumbre que nos perjudica y queremos modificarla necesitaremos trabajar sobre ella con mucha disciplina, paciencia y concentración. Lleva mucho tiempo cambiar un mal hábito. Pero si uno tiene el deseo de cambiar, es posible hacerlo a través de la práctica.

-¿Por qué cuesta tanto erradicar una mala costumbre? –preguntó Francisco.

-Es algo básico de este mundo: lo más fácil es caer; no hace falta hacer ningún esfuerzo, basta con dejarse estar completamente y nos caeremos. En cambio, si queremos ascender, necesitamos hacer trabajo, necesitamos luchar con fuerza y voluntad. La energía negativa, asociada a las malas costumbres, nos tira hacia abajo como un lastre y por eso tiene mucha ventaja. Porque es mucho más fácil caer que levantarse.

-Si queremos cambiar una mala costumbre tendremos que estar atentos todo el tiempo. Nada de pereza ni distracciones: atención constante. Imaginen que acaban de estrenar una camisa recién planchada y quieren que el planchado dure muchos días. Al sentarse a trabajar tendrán que hacerlo con una buena postura, bien derechos y atentos a no arrugar la camisa.

-Lo que se aprende en la clase luego hay que practicarlo en casa todos los días. Al practicar todos los días con total atención surgirán dudas y preguntas que el día de la clase podrán hacer al maestro. Es muy importante que el alumno se acostumbre a practicar solo todos los días. Incluso durante las clases grupales o individuales yo corrijo y doy instrucciones y dejo al alumno practicando solo. Si no, no se aprende.

-Se acerca el fin de año y es momento de mirar hacia adentro y evaluar qué aprendimos, qué cambiamos de nosotros mismos. Si no hubo avances habrá que preguntarse por qué. El paso de los años es positivo si nos reporta más experiencia y aprendizaje para mejorar.

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Resumen de las palabras del Maestro Chao Piao Sheng durante la clase del 7 de diciembre de 2014.  Se prohíbe la reproducción total o parcial de este texto sin previa autorización del autor.