Evitar el «contagio» de la mala energía

Mar 7th, 2015 | By | Category: Charlas con el Maestro

-Les quiero contar el caso de un muchacho que vino a aprender chi kong -dijo el Maestro. Siempre me preguntaba por qué le pasaba lo que le pasaba. Yo le iba explicando en cada caso cómo tenía que hacer. La semana pasada, al llegar al consultorio, me dijo muy entusiasmado que mis consejos le habían dado buenos resultados.

-En nuestro último encuentro le dije: «usted hizo muchos buenos cambios en su vida, pero si quiere mejorar más aún, tendría que arreglar un poco su pelo». Me preguntó qué tenía que ver el pelo en su vida cotidiana. Le expliqué que el peinado influye en la primera impresión que uno genera en los demás. Además, puede probar y, si no le gusta, volver a dejarse el pelo largo. Ayer vino al consultorio con el pelo corto y bien peinado y contó que todo el mundo registró el cambio como algo positivo.

-¿Qué es la práctica? La práctica no es sólamente los movimientos que hacemos. Siempre les digo que al mover el cuerpo debemos hacerlo como una unidad, todo junto, todo al mismo tiempo. Si tu movimiento es lindo pero tu pelo es feo ¿qué te parece? Ahí hay algo que falta.

-Imaginen a una persona que pesa 200 kg. Puede moverse, caminar, sentarse, subir la escalera, etc. Ahora imaginen a una persona promedio que carga una bolsa de 200 kg. y que intenta subir una escalera. ¿Creen que podrá hacerlo? Seguramente, no podrá. En cambio, el que pesa 200 kg. sí puede subir la escalera. ¿Por qué uno puede y el otro no?

-Recuerden que la fuerza viene del centro. La persona que pesa 200 kg mueve su cuerpo desde el centro sin problema. El que está cargando la bolsa de 200 kg. tiene el peso lejos de su centro y por eso pierde el equilibrio fácilmente. Por eso es importante mover todo el cuerpo unido y al mismo tiempo.

-Nuestra práctica no sólo consiste en escuchar, también hay que enseñarle al otro, para de esta manera ayudar a mejorar la sociedad.

-En la práctica física se dice que el centro está en el tan tien. Pero en la meditación el centro está en el tercer ojo. ¿Cómo se hace para integrar los dos centros? -preguntó José.

-En la meditación se busca lograr el vacío de la mente -dijo el Maestro-. Eso es muy difícil, por eso se usan ciertas técnicas, como por ejemplo, recitar un mantra. Otra técnica es llevar toda la atención a la respiración, que debe ser lenta y fluída y contar cada respiración. En el taichi chuan utilizamos el movimiento para controlar la mente y lograr una profunda concentración. Lo más importante en la vida es aprender a controlar la propia mente.

-Mucha gente vive angustiada por lo que le pasó a un familiar, a un amigo o por las noticias que escucha en el noticiero. Escucho muy seguido: «estoy muy mal porque mi tía está muy enferma…estoy muy mal porque a mi hermano lo asaltaron…estoy mal por lo que pasa en el mundo». Hay que tener en claro una cosa: si uno puede ayudar, ayuda. Si no hay nada que se pueda hacer, no hay que preocuparse. No sirve de nada preocuparse, pues nos debilita y nos carga de mala energía. Si uno está débil no puede ayudar a nadie. Es mejor estar cargado de energía positiva y así poder ayudar e influenciar positivamente a los que están cerca. Hay que evitar el «contagio» de la mala energía. «Ay, mi amigo se siente mal. Yo también me voy a sentir mal, para que no se sienta solo». ¿De qué sirve eso? Si el otro se hunde ¿yo también me voy a hundir con él?

-Cada uno debe cuidarse bien a sí mismo. Cada uno tiene su karma y debe pagarlo. Si puedo ayudar, ayudo, pero si no puedo, no me hago mala sangre. Por ejemplo, si un alumno está haciendo algo mal, yo lo corrijo una vez. Si vuelve a cometer el mismo error, vuelvo a corregirlo por segunda vez. Pero si persiste en el error, no lo corrijo más, porque es evidente que esa persona no escucha. Si insisto sólo voy a conseguir chocar contra su cerrazón. En un caso así, insistir o preocuparse es malgastar la energía.

-Nuestra práctica es para cuidar bien de nosotros y para discriminar en qué casos conviene ayudar a otros. Esto no es egoísmo; es saber mantener la mente bien despierta y auto-preservarse. Si los que me rodean se sienten mal, de nada les va a servir que yo también me contagie de ese malestar. Si el otro está triste lo mejor es pensar cómo ayudarlo a que salga del pozo. Muchos pacientes vienen con sus dramas personales y los descargan como si uno fuera un tacho de basura. Yo no quiero que me tiren tanta basura, por eso les corto el discurso y les doy instrucciones precisas sobre lo que tienen que hacer para salir de la situación en que están. Si el otro está cargado de basura lo mejor que puedo hacer es explicarle cómo debe hacer para limpiarse a sí mismo.

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Resumen de las palabras del Maestro Chao Piao Sheng durante la clase del 7 de marzo de 2015.  Se prohíbe la reproducción total o parcial de este texto sin previa autorización del autor.

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