-Antes de morirme quiero hacer una cosa – dijo el Maestro-. Escribir una historia de nuestra Escuela, de nuestro estilo, desde los maestros fundadores hasta la actualidad. Voy a incluir a los alumnos que hayan pasado un examen para verificar que aprendieron bien el estilo. ¿Para qué sirve hacer esta historia? Entre otras cosas, para que la gente sepa quién está autorizado a enseñar nuestro estilo. ¿Alguien dice que aprendió con Chao? Habrá que fijarse si figura en la lista.

-Nuestro estilo cada vez es más valorado en todo el mundo y hay que cuidarlo transmitiéndolo de  manera correcta. El otro día comimos con Begonia y Luoke Chen. Le pedí a Begonia que antes de regresar a Taiwán pase por la plaza para despedirla. Ella, con lágrimas en los ojos, me decía: “qué lástima que no lo conocí antes a usted y a sus alumnos”. Ella aprecia mucho nuestra forma de práctica y quiere que se conozca más en Taiwán como ejemplo para todos, porque allá no hay nada parecido.

-La sociedad va cambiando y los estándares de exigencia son cada vez más bajos. Por eso es importante que nuestra Escuela mantenga su nivel de calidad. En ese sentido es importante que cada uno de ustedes haga las cosas lo mejor posible. Nuestra Escuela no es únicamente un exponente de taichi chuan, hsing-i chuan o pakua chang; también hacemos chi kong y tratamos de crear conciencia sobre cómo cuidar el ecosistema a través de la práctica correcta. No practicamos desde una perspectiva egoísta.  Sabemos que nuestro bienestar como individuos está ligado al bienestar de los demás seres vivos y a nuestra armonía con la Naturaleza. Con nuestra práctica nos ayudamos a nosotros mismos y al mismo tiempo ayudamos a otros, ejerciendo una buena influencia sobre los demás. De esa manera –convirtiéndonos en buenos ejemplos- podremos ayudar a mejorar la sociedad.

-Muchas  veces me pregunté por qué mi maestro me mandó acá. Un arquitecto que trabajó haciendo arreglos en mi casa también me preguntó: “¿para qué vino a Argentina, Chao?”. No lo sé; a medida que recorro mi camino iré encontrando la respuesta.

-A partir de ahora vamos a poner el acento en los detalles pequeños, para que todos sepan de qué manera se hacen las cosas correctamente. También vamos a estudiar cómo se usan las técnicas. Vamos a practicar bien lento para ir descubriendo todos los puntos intermedios que hay entre una técnica y la siguiente.  Un alumno de chi kong me contó que en su juventud practicaba pesas y en lugar de mover las pesas con rapidez, lo hacía lentamente y de esa manera, además de los músculos, también fortalecía la concentración. Al hacer las cosas lentamente se van descubriendo los detalles pequeños que hay entre un movimiento y el siguiente. Si llevamos este entrenamiento a la vida cotidiana, podremos corregir aquellas cosas con las que no estamos conformes y sentirnos satisfechos de aquello en lo que mejoramos.

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Resumen de las palabras del Maestro Chao Piao Sheng durante la clase del 27 de junio de 2015. Se prohíbe la reproducción total o parcial de este texto sin previa autorización del autor.