-Este año mi cumpleaños cayó justo un día de clase en la plaza, por eso traje la torta -dijo el Maestro-. Les agradezco a todos la atención que tuvieron conmigo. Estoy muy contento de estar rodeado de alumnos y discípulos. Pasan los años y siento que nuestros corazones están cada vez más cerca, más unidos.

-El sábado 5 de setiembre vamos a hacer la ceremonia de homenaje a mi maestro. Vamos a encontrarnos un poco más temprano, a las 10 hs. para preparar todo. Ese día también vamos a hacer la ceremonia de Pai Zu de María y los demás alumnos que estén en condiciones de participar y que deseen ser discípulos míos.

-Para hacer la ceremonia de discipulado el alumno debe tener al menos 5 años de práctica continua y efectiva. Tiene que ser alumno particular o haber venido a la plaza al menos dos veces por mes durante esos cinco años.

-La ceremonia de discipulado tiene un sentido profundo. Ser discípulo del maestro no es algo para andar alardeando; es una responsabilidad. Es el comienzo de una nueva etapa en el aprendizaje. Cuando uno es discípulo, el maestro le enseña con más profundidad. El maestro acepta como discípulo a aquel alumno que tiene buen carácter. Pero también el carácter del alumno se va a perfeccionar a partir del momento en que se convierte en discípulo. Nuestro estilo es muy especial y no se le puede enseñar a cualquier tipo de persona o a gente con mal carácter.

-Nuestro estilo es para toda la vida, no sólo como arte marcial. Nuestro estilo pone mucho énfasis en el cultivo espiritual. Mi maestro era taoísta y fue a Taiwán para difundir el taoísmo, pero nunca exigió a sus discípulos que se conviertan a su religión. El no hacía publicidad ni buscaba ser famoso ni tener muchos alumnos. Su filosofía era que la gente se acercara si había buena afinidad.

-Luego de su fallecimiento, se apareció en mis sueños y me dijo que venga a la Argentina. Durante mis primeros diez años acá no entendí por qué mi maestro me mandó venir a este país, pero luego comprendí. El quería que yo siga con su enseñanza espiritual. Mi maestro era un miembro destacado del I Kuan Tao, una religión taoísta con muchos seguidores, pero cuando la práctica espiritual es profunda y auténtica, no importan las religiones o las instituciones.

-Nosotros utilizamos el arte marcial como una manera de cultivo espiritual. Cuando el alumno se convierte en discípulo, si su carácter no es correcto, el maestro va a tratar de corregirlo. Me considero afortunado de que mi maestro me haya encomendado esta misión de difundir su enseñanza espiritual tan lejos de Taiwán. Ustedes también tienen suerte de estar aprendiendo este estilo que, a pesar de las enormes distancias, conserva toda la pureza de las enseñanzas originales de los antiguos maestros.

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Resumen de las palabras del Maestro Chao Piao Sheng durante la clase del 22 de agosto de 2015. Se prohíbe la reproducción total o parcial de este texto sin previa autorización del autor.