Cerca del sitio donde practicamos había hoy un gran eucalipto caído. Seguramente el viento de la tormenta lo arrancó y sus raíces no estaban en buen estado.

-Parece que las raíces de ese árbol estaban podridas –dijo el Maestro-. Todos los seres tienen algún tipo de afinidad con otros seres, incluso los árboles. Todo ocurre por alguna causa. Este árbol tendría entre 80 y 100 años.

-Hace un tiempo viajé a Merlo, San Luis y allí vi un árbol de más 800 años de antigüedad. Con mi esposa íbamos todos los días a tomar energía junto al árbol. La gente pasaba y miraba, pero nadie aprovechaba la magnífica energía de ese árbol antiguo.

-Cuando nosotros saludamos y agradecemos al árbol de nuestro sitio de práctica nos estamos conectando con él y le ayudamos a que viva más años y de esta manera nos ayude con su sombra y su oxígeno. No todos los árboles tienen gente que los cuida y quiere, entonces se debilitan y los bichos pudren sus raíces. Hace algunos años nuestra árbol tuvo bichos, pero ahora ya no.

-Nuestra práctica se basa en la búsqueda de la integración, de la unidad. Buscamos unir el cuerpo con la mente y luego, unir a todos los miembros del grupo detrás de un objetivo.

-En Taiwán hay una frase: “cuando hay verdadera devoción, hasta las piedras hablan”. La devoción es muy importante. Hace que la unión sea más fuerte. Nuestro grupo es muy diferente a los demás. Siempre usamos el cuerpo como herramienta para la práctica, en todos los terrenos. Usamos la mente para guiar al cuerpo a realizar buenas acciones. Cuando uno actúa bien, el alma se siente contenta, se da cuenta de que hay esperanza de llegar bien alto, de regresar a casa, cuando sea la hora de desencarnar. La casa del alma no está acá en la Tierra; somos apenas viajeros.

-Muchas veces dijimos que lo que hace la mayoría no necesariamente es lo correcto. ¿Cómo saber qué es lo correcto? Todos creen estar en lo correcto. Aquello que brinda equilibrio es lo correcto. Si hay desequilibrios seguramente no es correcto.

-Todo el mundo está desequilibrado. Si no hay sequías, hay inundaciones. El odio y las guerras también provocan desequilibrios en la Naturaleza. Dos años atrás fui a visitar a una de mis hijas que vivía en España. Estando en su casa, una mañana me puse a meditar mirando hacia el este y percibí que de allí venía mala energía. Se lo comenté a mi hija y ella me contó que en esa dirección, a dos cuadras de distancia, funcionaba un matadero. Alrededor de los mataderos, los cementerios y los hospitales circula mala energía.

-Hace poco leí que en el monte Wudang algunos monjes se van al cementerio a hacer chan chuang –dijo Pablo.

-Eso no lo hacen para absorber buena energía- dijo el Maestro-. Lo hacen para desarrollar resistencia a la energía negativa, que ahí es abundante. Es una forma de entrenamiento que fortalece la inmunidad ante a la energía negativa. La gente que vive muy cómoda y que obtiene todo muy fácil, no aprende.

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Resumen de las palabras del Maestro Chao Piao Sheng durante la clase del 8 de agosto de 2015. Se prohíbe la reproducción total o parcial de este texto sin previa autorización del autor.